Llegué a mi casa y estaba el hilo colgando del techo de tejas del estacionamiento. De hecho, arrastre el hilo con mi auto. Era hilo sano, pero grueso. De buena calidad, diríamos. Pero no lo suficiente para resistir la batalla.
Me bajé del auto y agarré el hilo. Cayó un volantín en mi cabeza. Estaba en buenas condiciones. Como venía con mis hijos, se me ocurrió elevarlo con el hilo que tenía todavía. Pasé la prueba del volantín con cero falta. Igual que la del playstation. Soy todoterreno.
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