jueves, diciembre 29, 2005

Lo que no hice y mis predicciones que no se cumplirán

Termina el año 2005. Hay varias cosas que no hice. Bueno siempre hay cosas que no hacemos, puertas que no abrimos, jardines que no recorrimos, pájaros que no escuchamos, sonrisas que no respondimos, verdades que no dijimos, mentiras que no descubrimos, tiempos que no ocupamos y que quedaron por ahí detrás de alguna de esas puertas que no abrimos, como una posibilidad latente. Yo no hice, tú no hiciste, él no hizo… Tampoco leí todos los libros que hubiera querido, ni vi todas las películas que me interesaba ver. La lista es enorme.

Las predicciones que no se cumplirán para el 2006 son tan simples como decir que vamos a hacer todo lo que no hicimos en el 2005. Sólo me queda suspirar. Bienvenido el nuevo año y las nuevas sendas y todas esas cosas que se nos vienen de repente.

Además predigo que los fondos concursables en el área literaria serán ganados por toda la gente que nunca los ha ganado. Me incluyo. En una de esas…

Feliz Año Nuevo

miércoles, diciembre 21, 2005

Solsticio

Quieto. La luz inunda los espacios, arrobando la mirada. El carrusel inicia su camino y vuelve una y otra vez, permaneciendo. Hay un sonido inmenso en esa luz. Son intensas las pisadas. El ciruelo está crecido y sus frutos en el suelo, esperando. Las grietas florecen nuevamente. Todo está quieto.

sábado, diciembre 17, 2005

Parte de mi poética cotidiana

Esta semana fue agitada. El jueves 15 de diciembre se graduó mi hija del jardín infantil. El viernes 16 se licenció mi hijo de kínder. Ella caminó por el pasillo del auditórium. Tranquila y mirando a su tía. Yo estaba agachado en el pasillo y encontré sus ojos, fue una foto hermosa y ella se detuvo frente a mí y me dio un gran beso mientras la tía se desesperaba porque mi hija se salía del protocolo. Fue un gran momento.

El viernes me ubiqué muy cerca del escenario para sacar mejores fotos de mi hijo. Yo no contaba con que él iba a ser premiado como alumno destacado de su generación. No lo sabía. Ni siquiera él lo sabía. Las tías guardaron silencio y sólo supe cuando hicieron la premiación. No pude contener la emoción al verlo subir corriendo por la escalera mientras hablaban de sus logros; los logros de un niño de cinco años. Apenas saqué las fotos corrí a abrazarlo y darle un millón de besos y le dije al oído que lo quería mucho y él me dijo “yo también, papito”.

Sé que todo este comentario es algo simple, pero para mí tiene su consonancia en la poética que vivimos con mis hijos. La cotidianidad nos da fuerza y nos une. Mi hija es una princesa y mi hijo quiere que le regale todos los libros de mi biblioteca. Juntos inventamos historias y vivimos fantásticas aventuras, viajes a la selva, a la montaña, al espacio. Leemos e inventamos cuentos, hacemos compromisos y nos cobramos fieramente la palabra. Son mis ojos y mi alma y mi motivo.

miércoles, diciembre 14, 2005

Las vueltas a veces no dejan

Como todo ciudadano inscrito, realicé mi votación en conciencia aquel día 11 de diciembre de 2005. Se me ocurrió ir al mediodía para evitar cualquier fila eventual que según mi experiencia se producía a primera hora en mi mesa. Afortunadamente el local de votación al cual voy está ubicado muy cerca de mi casa de origen, lo que facilita mis actividades cívicas, pues dejo a mis hijos con mi mamá y luego voy a votar.

La fila era larga y más larga la espera bajo el sol. Y más larga todavía sin haber tomado desayuno confiado en que el trámite era corto.

Mi consuelo fue haber votado en conciencia. Aunque ya a esa altura me daba exactamente lo mismo el voto, quería irme a mi casa a darme una ducha.

Luego me dispuse a escuchar las noticias, los boletines uno tras otro anunciaban la segunda vuelta y con ella se me vino de golpe la imagen de la sala abarrotada, una fila extensa y el sol zapateando con fuerza en la cabeza. No podemos seguir votando de esta forma. Hasta cuándo nos obligan a participar de un acto arcaico y más encima oneroso.

Hoy en la mañana escuché conceptos técnicos y económicos que me dieron risa. Un periodista hablaba con Juan Ignacio García de los costos de las votaciones. Y sin siquiera arrugarse contaban los miles de millones de pesos que cuesta el tema, incluso la segunda votación (así se llama), que cuesta el tercio de lo que cuesta la primera votación, alcanza casi a los dos mil millones de pesos.

Qué mundo, qué profundo perejil.

martes, diciembre 06, 2005

Los poetas fueron expulsados de la república
El mágico pensamiento y la aguda intelectualidad de los poetas hiere la democracia perfecta y la hace perder estabilidad. Con los poetas el pueblo comprende que si conoce y aprende puede tener mejores oportunidades. Pero, no, es mejor que el pueblo tenga de premio un gentil embrutecimiento y se adormezca en sus infinitas peregrinaciones al mall, para interactuar con la modernidad, para empaparse de modernidad y de publicidad neoliberal, que calladamente se mete hasta en sus horas más íntimas, enajenándolo sin que ni siquiera lo alcance a notar.

Entonces debemos desconfiar de los poetas, porque son todos unos mentirosos y estafadores. No hay poesía para salvar el mundo que valga, pues ni siquiera sirven los versos para comprar un simple pedazo de pan y calmar el hambre.

Es mejor la continua tanda comercial de la televisión y la inhóspita mirada del niño que observa artefactos que están tan cerca y tan lejos a la vez. Un clic y ya está. La vida está ahí, fuera de cada uno de nosotros, en las vitrinas, en los supermercados, en las cunetas inclusive (claro que con la marca del pirata). Los poetas bajaron del olimpo, pero se perdieron en el camino.

lunes, noviembre 28, 2005

Apenas en un silbido

Apuntó el revólver y la frente de su víctima se llenó de terror, la palidez del anuncio de la despedida lo inundó y un súbito silencio insondable se posó en la mente del verdugo. La tarde se iba y los niños afuera corrían detrás de las pelotas o encaramados en sus patinetas. Sonaban las máquinas tragamonedas del negocio de la esquina, pero el silencio de su mente era todo lo que él podía sentir.

La madre del infortunado suplicaba para que el final fuera otro. Nada podía detener el destino que había trazado el hijo drogadicto al encalillarse más allá de su capacidad de pago, de la de sus hermanos, de la de sus padres, más allá de cualquier presupuesto de una familia de vagos y madres solteras, con un padre encarcelado y una madre dealer de un traficante de poca monta.

Le reventó la cabeza de un balazo, delante de su madre, en su propia casa. Ese fue el fin de la historia de Eduardo; el fin de su adicción, de sus promesas de pago, de su propio negocio de venta de droga. Un balazo que dejó en el suelo sus sueños, entre la sangre y su propio cuerpo desvanecido apenas en un silbido.

jueves, noviembre 17, 2005

Oscar Castro: el poeta narrador de Rancagua

En su corta vida, Oscar Castro (1910-1947) alcanzó a construir un sendero literario sólido e intenso. Rancagua fue su ciudad y el lugar en que la inspiración del poeta hizo que de las letras surgieran olores a provincia, escudriñando en la existencia campesina popular. De esta manera, el poeta tiene un afán entrañable de transmitir las costumbres y pasiones de la gente del campo, a la vez que funda una obra que trasciende la mera descripción de paisajes y lenguaje popular.

En el trabajo de Oscar Castro existe una profunda sensibilidad social. Esto se observa con gran claridad en "La Vida Simplemente", novela en la que describe una realidad cruda en la que desfilan tipos humanos propios de un submundo que diariamente coexiste en las grandes urbes, entregándonos una narración limpia y sentida.

Asimismo, la mirada poética es un rasgo que cruza la obra de Castro. Más allá de la propia poesía, en la que podemos encontrar tributos a García Lorca o a Góngora, es esa sensibilidad entrañable la que le da un brillo especial a su inapelable habilidad narrativa. Así, "Comarca del Jazmín" sirve para ejemplificar esa vocación poética de la narración de Oscar Castro. En este libro la prosa tiene un sentimiento lírico notable: el poeta se confunde en la mirada de ese niño que descubre un mundo que es nuevo para él.

A su vez, textos poéticos de Oscar Castro fueron musicalizados. Veamos uno de los más conocidos:

Oración para que no me olvides

Yo me pondré a vivir en cada rosa
y en cada lirio que tus ojos miren
y en todo trino cantaré tu nombre
para que no me olvides.

Si dormida caminas dulcemente
por un mundo de diáfanos jardines,
piensa en mi corazón, que por ti sueña,
para que no me olvides.

Y al contemplar llorando las estrellas
se te llena el alma de imposibles,
es que mi soledad viene a besarte
para que no me olvides.

Yo pintaré de rosa el horizonte
y pintaré de azul los alelíes
y doraré de luna tus cabellos
para que no me olvides.

Y si una tarde en un altar lejano,
de otra mano cogida, te bendicen,
cuando te pongan el anillo de oro
mi alma será una lágrima invisible
en los ojos de Cristo moribundo,
para que no me olvides.

En Rancagua, Oscar Castro fundó el movimiento literario "Los Inútiles", nombre que dista absolutamente de lo que ha significado su obra, cuyo valor literario nadie discute. Fue autor de "Camino en el Alba" (poemas, 1938), "Huellas en la Tierra" (cuentos, 1940), "Las Alas del Fénix" (romances sobre Rancagua, 1943), "Comarca del Jazmín" (novela, 1945), "Llampo de Sangre" (novela póstuma, 1950) y "La Vida Simplemente" (novela póstuma, 1951), entre otros.

miércoles, noviembre 09, 2005

El trapecista

Lo vi pasar mientras se abría el portón del condominio. Más allá quedó en el suelo. Agotado de tanta mañana equivalente. Ahí quedó, botado boca arriba, soñando consigo mismo. El portero llamó a la ambulancia y lo acompañó aunque descuidara sus funciones de esa mañana, equivalente a otras para él también. Lo miré de cerca, como si eso sirviera para algo. La mañana era equivalente para todos nosotros. Me fui al computador porque tenía pega atrasada. El trapecista de Congreso era el tema de fondo, emanado desde mi oficina, descendiendo como todos los días por las escaleras hasta rozar con la puerta de calle, para devolverse nuevamente a mi oficina que es un trapecio también.

viernes, noviembre 04, 2005

El violinista

Subí a ese micro a pesar de que no me servía mucho. En fin, mejor acercarme lo más posible a mi casa para salir luego de este sector. Así no más fue. Rápido y silencioso, sentado con la vista fija en ninguna parte, pensando en nada hasta que sentí nuevamente el mismo desvencijado acorde de un violín fatigado de tanta lucha callejera.

Me había librado antes de la perturbadora oscilación musical impuesta por notas medio inventadas y desabridas del violinista. Tenía mala suerte este tipo. Yo lo había visto antes y sabía que a cada bus que se subía acarreaba una cierta fatalidad. Claro que lo sabía. Bajo sus acordes habíamos chocado una vez en pleno centro. Pero yo no me iba a bajar en ese sector, sería mayor fatalidad aquella acción. Sobre todo de noche. Mejor seguía absorto en lo mismo de antes de escuchar los errabundos acordes, es decir, en nada, con la vista perdida y deseando en mi fuero más interno que el bus se apurara.

Sonaron las monedas. El chofer no se detuvo. Sonaron las monedas contra el suelo, sonaron más fuerte que la caída, que el violín destrozado, que la música adolorida, que el último desaliñado grito del viejo violín en el húmedo pavimento de la noche.

martes, octubre 25, 2005

Marcha

La hora suena y en la ciudad
comienza el tránsito de las siluetas
Mi nombre sumergido bajo los pasos
se estremece
y la imagen se aleja
como las cenizas de alguna mirada
deshecha por el viento

Es la víspera del canto
Amanecen mis pisadas
hundidas en el polvo de mi nombre
Ahora suena la hora
y se allega la tempestad
desde el fondo de nuestra calma

La hora ahora golpe tras golpe

martes, octubre 18, 2005

Rincones

Si vuelves la vista sobre la oscuridad
hallarás detrás de todo
cierto hablar exterminado
Allí
en el cristal de las imaginaciones
desde tus ojos hasta la frente del secreto
frotando las pestañas contra los ángulos nocturnos

(Ejercicio a propósito de una caminata nocturna)

viernes, octubre 14, 2005

Libreros

Hay muy buenas librerías en Santiago, tanto especializadas como generales. Se han preocupado de implementar bases de datos y sistemas computacionales y todas las cosas que la tecnología aporta para el desarrollo y dar de esta forma una atención más expedita y eficiente. Sin embargo, ¿quién no ha frecuentado alguna vez una librería de viejos? Me refiero a esas donde los libros están ahí dando vueltas, insinuando una mirada, extendiendo una invitación a la lectura, a la historia, a los diferentes mundos que ahí se entrecruzan.

Desde que estaba en el liceo visito diferentes librerías; pero ir a las librerías de viejos –que hay muchas en la capital- es todo un panorama. Ahí he encontrado libros agotados, ediciones limitadas, firmadas en algunos casos, revistas, diarios, más libros y más revistas. También he encontrado autoediciones de poetas que dejan sus libros por si alguien se interesa y se los lleva, aunque sea por una módica suma, que a veces es hasta regalado.

Si bien los libreros de viejos tienen cierta preparación, incluyendo universitarios y escritores propiamente tal, su mayor acopio de cultura literaria se ha hecho en el camino del negocio. Eso es fantástico. Es muy agradable conversar con ellos, por lo menos con los que conozco, y ver que el encanto de los libros y de los autores alcanza a tocarlos y estremecerlos.

Recuerdo a uno en particular que he llegado a visitar en su casa, porque es amigo de mis padres. El no tiene murallas, tiene libros.

viernes, octubre 07, 2005

Gustavo Donoso:
El poeta detrás de la ingeniosa Margarita

Para quienes se acuerdan del desaparecido periódico Fortín Mapocho y principalmente de la aguda caricatura que aparecía en su portada “La Margarita”, les quiero presentar a su progenitor, el poeta y dibujante Gustavo Donoso (1931).

Para mí fue muy gracioso darme cuenta de que sin habérmelo propuesto, el autor detrás de la Margarita, caricatura que aún podemos ver en El Siglo, se acercaba a mí y me depositaba en el bolsillo de mi chaqueta un libro de poesía. Se trataba de “Donosamente”, un libro de características muy particulares, casi como un cuadernillo, hecho muy cuidadosamente por el propio autor.

Recuerdo que lo conocí en la casa de Eliana Navarro (de quien ya he hablado), se celebraba el cumpleaños de don José Miguel Vicuña (poeta también de gran presencia) y ahí estaba este poeta, a quien yo no ubicaba. Me parecía más bien un funcionario público o notario, incluso tenía apariencia medio clerical antes que de escritor. Y menos me lo imaginaba como el dibujante detrás de la Margarita.

Estábamos sentados a la mesa conversando con gente muy entretenida, cuando se me acerca Gustavo Donoso, a quien yo no conocía en ese momento, y me deja su libro en el bolsillo de mi chaqueta, pero me pide que no lo saque hasta que la velada haya terminado y que luego lo lea tranquilo. Me demoré seis años en volver a conversar con él tranquilamente para darle mi impresión acerca de su libro. No fue ingratitud, sino que la vida me ha llevado por otros rumbos diferentes de muchos de los poetas a los que he conocido. Veamos uno de los poemas que aparecen en Donosamente:

De Franklin

De Franklin te hice venir
Cerca de Einstein
A compartir penas y alegrías

Y tener cuatro hijos
Con los que hemos crecido
Algo menos que el sauce

Porque pobres hemos sido libres
Y felices a nuestro modo
Ná que ver con el de corintellado

Muchas cosas no tenemos
Pero una sola es necesaria:
El amor nuestro de cada día

Así también luego de ese cumpleaños, me enteré de que Gustavo Donoso era el mismo que dibujaba a la Margarita y mi impresión fue mayor, sobre todo por su absoluta humildad y amabilidad con un desconocido estudiante universitario que era yo.

Así es Gustavo Donoso, poeta, dibujante, antologador y también editor, pues tiene un pequeño sello editorial llamado Ala Antigua. Entre sus obras poéticas se cuentan “Poemas de tierra y cielo”, “Donosamente, “La piedra numerada” y “Palabra empeñada”. En lo que respecta a su labor de antologador encontramos “Poetas chilenos contemporáneos”, “Tiempo de amar” y “Guía de la poesía erótica en Chile”. Como dibujante está “Chile: de la dictadura a la democracia, de Senén Conejeros con interrupciones de la Margarita”.

Miguel Arteche, a propósito de su libro “Donosamente”, dijo: “Gracias por ser tan donoso, donosamente, y por tan ricos y conmovedores poemas, algunos de los cuales me habría gustavo escribir”. Veamos otro poema del libro “Palabra empeñada”:

Be yourself

Envejece la montaña tratando de copiar la nube
Desgasta fuerzas el mar en imitación de cordilleras
Juega el viento enseñando a los trigos cómo es el mar
El sol presenta wagneriana escenografía turística
El fuego crea fatuas arboledas para enamorar la noche
A un árbol seco los pájaros le fingen hojas por un rato
Otras aves desde una roca son una piedra que vuela

En la contraportada de “Palabra empeñada” se puede leer un recuerdo que se hace del comentario de Ignacio Valente, crítico literario de El Mercurio, en el que el mencionado crítico señala lo siguiente: “… apenas existe rastro de poesía en la elocuencia más bien plana de (algunos de) estos versos obvios (…) pero Gustavo Donoso también sabe de aciertos que combinan singularmente el humor y la profundidad”. Para Gustavo Donoso, en su infinito buen humor, este comentario lo definía como “casi-poeta”.

viernes, septiembre 30, 2005

Víctor Barberis,
el poeta que vino de Talca

Hace mucho tiempo, antes incluso de estudiar literatura en la Universidad de Chile, en una de mis tantas campañas de intruseo doméstico, como decía mi mamá, me encontré una revista que se llamaba “Quilodrán”. Una vieja revista del año 1966, dirigida por Luis Rivano, que mi mamá guardaba entre sus libros y de la que podemos hablar en otro artículo.
Allí, entre sus reseñas literarias, encontré una mención a uno de los libros recibidos por el director, “Poemas”, de Víctor Barberis, y se hacía alusión a que tenía un prólogo de Braulio Arenas (otro gran poeta) y había sido publicado en 1965 (libro póstumo).

Un dato curioso que recuerdo me llamó mucho la atención en ese momento fue que se refería a él, a Romeo Murga y a Alberto Rojas Jiménez, entre otros, como parte de una generación de poetas olvidados. Eso a mí, siendo un adolescente, me motivó muchísimo. Así que emprendí mi propia campaña en la búsqueda de estos poetas. Quiero compartir uno de los poemas de este libro:


Amor

He buscado una fuente de amor, y estoy sediento
Del agua turbia y fresca que nutre las raíces.
Como lana cardada por los dedos del viento
Se arrastran por el cielo las lentas nubes grises.

Amor –fruto maduro- no hay mano que te coja
Sin arañar el tronco ni desgarrar la hoja.

A trébol y a manzana
Huele el viejo jardín de la sabiduría.
La encontraré mañana,
Me digo cada día.

La tierra de mi huerta estará perfumada;
El agua de la noria, limpia y agradecida.
Mas, si te hallara un día, no te diría nada.
Y quedaría enfermo de ti toda mi vida.

Víctor Barberis nació en Talca en 1899 y murió en Santiago en 1963. En Santiago hizo su carrera universitaria y vio como su producción literaria recibía ciertos reconocimientos en el ámbito universitario, tal como el premio obtenido junto a Romeo Murga en la Federación de Estudiantes de Chile en 1923. Además, tuvo la oportunidad de compartir con todos aquellos intelectuales y artistas que deambulaban por el movido ambiente de la capital en la década de 1920.

En el prólogo que Braulio Arenas hace del libro Poemas, señala con mucho acierto que: “Nada han perdido estos poemas con el tiempo transcurrido. Tal vez, sí, a nosotros nos sacuda el cuerpo un breve escalofrío al pensar que ya no está su autor para leerlos en este libro”.

Su poesía tiene una mirada permanente hacia la zona que lo vio nacer, como dice Braulio Arenas, “con cierto tono de beatus ille. (…) Es en tal medio, y en tal época, que la materia poética de Barberis va a expresarse con su máximo esplendor, mirando el paisaje a través de la vida, y mirando la vida a través de su constante paisaje talquino”.

El destino quiso que cuando yo salí del liceo, ingresara a estudiar literatura y que mi tesis de grado tuviera como tema central a otro de los olvidados: Alberto Rojas Jiménez. Así también, mientras estudiaba tuve la suerte de que uno de los buenos amigos en la universidad, me obsequiara el libro “Poemas” de Víctor Barberis, que aún conservo entre los libros de mi biblioteca personal. Así se tejió la historia.

lunes, septiembre 26, 2005

Eliana Navarro:
La flor de la montaña

Voy a hablar de una poeta que admiro mucho, tanto por su inmensa calidad humana como por su obra: Eliana Navarro. Hace un tiempo escribí un post con este tema, pero siempre es bueno mantener vigentes ciertas claves para enriquecer nuestro universo poético.

Ella es una de las grandes poetas vivas que tiene Chile. Es cierto, y ella misma no ostenta ni hace alardes de ser una de las más importantes, ni siquiera se le cruza por la mente. Yo humildemente me atrevo a decirlo y también confieso con gran orgullo que soy su amigo. Pero lejos de ser una admiración mediada por la amistad, es una admiración sincera de su obra. Una poesía que ha estado ahí, silenciosa y poderosamente poética, esperando a ser reconocida en su justa medida.

Alone la descubrió hace más de sesenta años, en 1942. El se refirió a Eliana Navarro en estos términos, a propósito de una carta que una joven Eliana Navarro le había enviado a este importante crítico literario, para presentarle su texto inédito Voces del alba: “En sus versos descubro, como cualidad central, una característica también desconcertante para sus años: la firmeza. Están muy bien hechos, sin caídas prosaicas, sin notas de mal gusto y no sólo se libran, inexplicablemente de esos escollos, sino –lo que todavía es más raro- de Pablo Neruda y de García Lorca”. (Carta fechada 25 de agosto de 1942)

En el año 1996, publicó en Editorial Universitaria un libro cuyo nombre es La flor de la montaña y resume gran parte de su obra hasta ese momento. Veamos el poema que da nombre al libro:

La flor de la montaña

He mirado la flor de la montaña
solitaria crecer en la espesura,
única en el fulgor de su dulzura,
dócil al sol, rebelde a la cizaña.

La sierra de alma bárbara y huraña
al sentirla nacer, se transfigura,
como si en esa frágil estructura
ardiera todo el fuego de su entraña.

La envuelve el viento en lumbre de pureza.
El agua que la besa es más profunda.
Todo se hace más hondo en su belleza.

Nacida desde el sol en alto vuelo,
un hálito de ensueño la circunda:
junto a su cáliz se dietiene el cielo.

Ir a la casa de Eliana Navarro es acudir a un pequeño edén, en el que se respira poesía en todos los rincones. Ella es muy gentil y muy generosa con los aprendices de poetas que buscamos alguna enseñanza y ella es una gran maestra, llena de amor por la poesía y la labor de los poetas. Así queda reflejado en la dedicatoria que hizo a todos los poetas en el libro La flor de la montaña: “Dedico en especial este libro a todos los poetas: esos mágicos seres que hacen vivir las palabras, que re-crean el mundo, que con su dolor, sustentados en el frágil elemento del lenguaje, alcanzan lo inefable, descubren mundos secretos, muestran los abismos del ser, el deslumbramiento de la vida, el misterio de la muerte”.

martes, septiembre 20, 2005

Equinoccio

El sol deambula en su mirada y la noche se hace eco de su sombra, que resuena en el latido de las luces nuevas que avanzan ciertamente. Sin aliento, entretejido en la esperanza de un aroma diferente que conmueva, detrás de la puerta espero, en silencio. Y así, aún entumecido, traduzco aquel rastro que dejó su huella.
(Me permito un nuevo ejercicio a propósito de una imagen del cambio de estación.)

jueves, septiembre 15, 2005

El Encuentro


Madrugada abriéndome al silencio
de ir a ti cuando entre luces se dibujan nuestras formas
invadidas por el inquieto gemido de tus ojos

Entonces
haciendo mío aquel instante
de tu tiempo incansablemente ajeno
en el austero roce de tus labios
y el suave aliento de tu silencio

Así amaneciendo
como irremediable eco de tus manos
en la sombra de tu huerto

(Breve ejercicio poético, sólo un breve ejercicio poético)

lunes, septiembre 12, 2005

El primer
manifiesto AGU

Tal como algunos comentarios al anterior post lo han señalado, salvo por el poema creado por Pablo Neruda “Alberto Rojas Jiménez, viene volando”, lo escrito en las memorias del mismo Neruda o algunos poemas antologados, como Carta-Océano, Alberto Rojas Jiménez no es muy conocido a nivel masivo. No es tan difundido porque su obra está muy dispersa; de hecho no se publicaron libros de poemas de él, ni en vida ni póstumamente. No obstante, hay un buen trabajo compilatorio realizado por Oreste Plath, quien se preocupó de recoger poemas y diferentes textos de Alberto Rojas Jiménez y salió publicado en 1994 por la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos de Chile bajo el título “Alberto Rojas Jiménez se paseaba por el alba”.

Este libro recibió muy buenas críticas, porque el trabajo es bien exhaustivo; pero se extraña en dicha entrega una mirada más profunda sobre la obra de Rojas Jiménez, acerca de su posible poética, sobre sus influencias, etc. Algo de eso hay, aunque se entiende que no era el objetivo principal del investigador, más bien había un intento por mostrar la obra a la consideración de un nuevo público, en ese tiempo, del siglo XX; hoy estamos en el siglo XXI y para jugar un poco a olvidar el olvido, quiero compartir algo de la creatividad de este poeta.

El primer manifiesto AGU (Fragmento)

En un principio la emoción fue.

Agú. Lo elemental. La voz alógica.
El primer grito de la carne.
Hoy sólo queda la palabra sobajeada y sobajeada,
Lunar postizo, colorete.

Fuera hilvanes!...
El agua es el agua.
La tierra es la tierra.
El cielo es el cielo.

(…)

Vamos a la emoción desnuda
Sin forma. Sin forma
………………………………..
-¿Se emociona usted en endecasílabos?
…………………………………
¡EL GRITO! ¡EL GRITO! ¡EL GRITO!
Poetas:
A sincerarse. El paso ha sido dado
Agú es la verdad. Lo espontáneo
Agú no necesita aprendizaje. Ni lecturas. Ni erudición.
Agú está.

(Revista Claridad, 1920, firmado por Zaín Guimel y Juan Martín: Alberto Rojas Jiménez y Martín Bunster, respectivamente.)

En este manifiesto se propone una nueva forma de expresión poética. La poesía debe tener el afán de un recién nacido. Pero este llamado no tuvo raíces profundas y fue más un juego de estudiantes que una “tendencia estética”; sin embargo, no debemos desconocer la intención de estar a la vanguardia, ya que este manifiesto AGU tiene su referente más obvio en el dadaísmo (del cual podemos hablar en otro post).

Finalmente, es preciso destacar la importancia atribuida a la “emoción desnuda”. Resulta interesante darse cuenta de que ésta es una de las claves de la poesía de Rojas Jiménez y de su obra en general.

jueves, septiembre 08, 2005

Alberto Rojas Jiménez:
jugando con el olvido

Alberto Rojas Jiménez es el poeta de la noche, uno de los amigos preferidos de Pablo Neruda, los que juntos llegaron a conformar dos caras de una misma moneda. Según Oreste Plath, era un joven mago, amante del buen vino y de las exquisiteces, así como también animador de la fiesta y guía del espectáculo.
He escrito algunos post acerca de Alberto Rojas Jiménez, pero nunca es demasiado. Por lo mismo, vuelvo a caminar por este tema, porque pocos vates tienen ese halo de misterio que rodea a Alberto Rojas Jiménez, un personaje arraigado en lo más profundo de la literatura chilena, quien ni siquiera se preocupó de publicar sus libros de poesía. Lo suyo era la vida del errante, la bohemia y el ocio (sagrado) de la conversación. Por lo mismo, él nunca imaginó la trascendencia que tendría su figura más allá de su muerte.
Fue poeta, narrador, cronista, dibujante, crítico. Sin embargo, sólo el libro “Chilenos en París” -conjunto de ágiles crónicas, resultado de su viaje a Europa- ha trascendido como la única obra impresa del poeta.
Existen poemas sueltos publicados en diversas revistas y antologías, siendo Carta-Océano el más conocido; cuentos que corrieron la misma suerte de su poesía, así como algunos capítulos de dos novelas: Una mujer y Africa. Asimismo, cuando Claridad nacía, en 1920, mostraba el camino de renovación para la poesía a través del “Primer Manifiesto AGU”. Además, sus amigos siempre hablaron de un libro de poemas que nunca llegó a publicarse, “Solnei”.

No hay duda de que su vocación juguetona lo llevó a ir y venir, como un eterno viajero que hizo de su vida una existencia poética. Incluso más de alguien puede llegar a pensar que la dificultad para encontrarse con la poesía o la prosa de Rojas Jiménez forma parte del juego que él mismo quiso legar. No obstante, gracias al afán de investigadores de la talla de Oreste Plath o de poetas como Jorge Teillier conocemos algo de la obra literaria y del anecdotario de este poeta.

Veamos un poema, que es una pequeña joya, tal como dice Volodia Teitelboim:
Pequeñas palabras
Los brazos cruzados,
la pipa entre los dientes,
contempo el fuego del hogar.
A mi lado, dulcemente hablas,
elevas tu voz, sonríes
y luego callas.
Las cosas que tú dices
no tienen importancia
Tus palabras
son débiles, pequeñas...
Sin embargo yo amo tus palabras.
En su fragilidad hay tanto de ti
que en ellas no es necesario
un hondo sentido, para llenarme de gracia
En torno a mi corazón desnudo
se agrupan tus pequeñas palabras
como un corro de mariposas a la lámpara.
(En: Sucesos, Nº1.002, Santiago, 8 de diciembre de 1921, p.47)

Rojas Jiménez vivió una vida sin ataduras, como jugando. Su personalidad cautivaba y para los amigos el poeta era un ángel encantador. Basta con leer los recuerdos de González Vera, la semblanza que irisa la mano de Oreste Plath o la bella elegía que Pablo Neruda le dedica desde Europa. Asimismo, las incontables notas que para cada aniversario de su muerte se publicaban en Santiago y en provincia nos entregan una prueba de la admiración sentida hacia él.

Si bien con el paso de los años los amigos fieles han muerto, él ha trascendido a generaciones que no tuvieron la oportunidad de ser cautivadas por su destreza verbal y capacidad histriónica.

El poeta había nacido con el siglo XX y su magia fue apagada por una inefable lluvia un día 25 de mayo de 1934, cuando apenas tenía treinta y cuatro años. Alberto Rojas Jiménez pisa el umbral del olvido y se burla de él legándonos su voz, su expresión, su misterio. Parece inasible y cercano, nunca borrado por el agua y por la noche, sino que vivo e inmortal, volando sobre la muerte.

miércoles, septiembre 07, 2005

Los 91 años de don Nicanor
Fue en 1914. El hombre imaginario, del discurso imaginario, de la vida imaginaria, el que bajó a los poetas del olimpo para quedarse él ahí mismo, en ese olimpo –pero revisitado ahora-, donde estaban los otros poetas, para mirarlos y reírse inmisericorde de todos los intentos de los que aparecieron después a jugar en el pastizal de la antipoesía.
Inflación
Alza del pan origina nueva alza del pan
Alza de los arriendos
Provoca instantáneamente la duplicación de los cánones
Alza de las prendas de vestir
Origina alza de las prendas de vestir.
Inexorablemente Giramos en un círculo vicioso.
Dentro de la jaula hay alimento.
Poco, pero hay.
Fuera de ella sólo se ven enormes extensiones de libertad.
(Nicanor Parra. Obra Gruesa, Editorial Andrés Bello, 1983. p. 131)
¿Es irónico Parra? Sí, lo es. El mismo guarda para sí su mejor poética siempre, no comparte más que sus versos, pero los ya escritos hace varios años, cuando se dedicaba a escribir antipoesía y no a inventar chistes para arrojarlos al circo de la actualidad.
He ahí a Parra. El gran Nicanor Parra. Enhiesto aún, a pesar de los siglos y la poesía que ha venido después de él, copiando la forma de Parra pero no su estructura profunda, esa que él descubrió y que él convirtió en su poética.
¿Es gracioso Parra? Ciertamente que lo es. Pero es agudo, hiriente a veces, su discurso asemeja una punta de lanza que hiere profundo aquello que llamamos realidad.
Hoy a los 91 años es muy conocido. Sin embargo, aún conservo una entrevista que le hizo el periodista Sergio Prieto, de la Revista Visión, el 7 de noviembre de 1969, año en que fue premio nacional de literatura, a los 55 años. El periodista parte “En los últimos años algunas de las comunas de Santiago se han ido encaramando en la cordillera. En una de esas, llamada La Reina (parcela 272), vive un hombre que hasta hace poco era desconocido para muchos chilenos, salvo en los círculos intelectuales, universitarios o matemáticos: Nicanor Parra, 55 años, el antipoeta por excelencia, nuevo premio nacional de literatura 1969”.
Así es, a pesar de que ya había caminado algún trecho en su carrera poética, no era el poeta conocido de todos. Sin embargo, lo interesante de la entrevista es que consigue sacar del propio Parra datos acerca de su oficio poético, cosa que no he visto en las entrevista que hoy da. Para muestra, veamos lo que dice de sus inicios. De “Cancionero sin nombre” (1937), que es un libro con una influencia por lo menos en forma musical de García Lorca, Parra señala que: “No tenía la menor idea de lo que se esperaba de una poesía. Creí que se aprendía como las matemáticas (…) Además la voz de García Lorca era hipnótica, cuyo ritmo y cuya música me resultaban avasalladores y muy fácil de imitar”.
Ese era Parra, en ese tiempo más conocido en el extranjero que en Chile. El mismo Parra lo dice en la entrevista. “¡Hay cada gaucho en la pampa! A mi propio hijo le preguntaba, en cuarto año de humanidades, acerca de los títulos de mis libros: ¿Cuáles, papá, ese de color café, que está arriba del escritorio”.

Hoy es uno de los poetas vivos más importantes del mundo.

martes, septiembre 06, 2005

Hacia una poética de las noticias
Cada vez me he hecho más asiduo de leer blogs de periodistas que han mutado en bloggeros y bloggeros que son periodistas sin querer serlo, al menos conscientemente, y me he dado cuenta de ciertas construcciones de miradas que crecen al alero de lo real, contándonos el mundo a través de su discurso. Y es muy, muy interesante reconstruir lo real a partir de diferentes miradas que incluso a veces no se rozan en lo más mínimo.
Estamos expuestos a un caudal inmenso de datos e imágenes que nos dan pistas acerca de la realidad y si nos adentramos por los laberintos de lo real, nos encontramos en medio de una objetividad hecha de lenguaje y que en el mejor de los casos es verosímil, una imitación, tal como aquella idea del viejo Aristóteles.

El periodista en este contexto construye un discurso -me refiero a periodista en un amplio sentido, incluyendo a los bloggers-. La verosimilitud del relato es lo que lo legitima como verdadero. La verosimilitud viene a ser la verdad en el relato, aunque sea sólo una posibilidad muy bien construida. En este sentido, verosimilitud implica verdad del mundo posible narrado, pero verdad en tanto es creíble para quien recibe el mensaje.

Pertenecemos a una sociedad y participamos socialmente a través de nuestras distintas relaciones. Interactuamos con otros en diferentes momentos y de diferentes formas y con diversos códigos. Tenemos capacidades sensitivas y percibimos el mundo a través de ellas para verbalizarlo mediante el lenguaje. Nosotros vivimos en algún espacio y en algún tiempo, que es más o menos similar para todos -hablando en términos generales, evitando todas las distinciones de índole social, entre otras-. El lenguaje es el medio para la construcción de la realidad. El lenguaje que basa su esencia en un signo arbitrario y esencialmente creador. Obviamente que el sujeto ve una realidad sin dejar de ser un sujeto particular (idealmente) y se funde en el objeto que presencia y lo ve desde sus categorías personales.

El periodista debe ayudar a las personas a comprender el mundo a través de las noticias. Los bloggers también tienen responsabilidad al respecto.

viernes, septiembre 02, 2005

Mi poética del aire

Cada vez que pienso en las cosas que hecho, siempre llegó a lo que aún no hago. Como una aguja hiriente en mis yemas la poesía se pasea por mis manos y yo le hago el quite. Hay muchos poetas muy buenos y de hecho en este espacio he hablado de algunos y lo voy a seguir haciendo. Además voy a seguir escribiendo yo mismo, para ver si sale algo que valga la pena.

El contenido del blog. Eso es lo que me interesa más que la dedicada y extraordinaria muestra gráfica que he visto en la red, en varios blog muy cuidados, donde se nota la sapiencia formal de sus creadores. Además del gran nivel de contenido que exhiben.

De a poco he ido construyendo este discurso. Animado por la posibilidad de poner en escena asuntos de mi particular interés, pero que pueden llegar a ser intersubjetivos, como la poesía. El blog me da esa posibilidad y quiero aprovecharla como cualquiera de los bloggers que están en la red. En este sentido, la poesía puede encontrar en este espacio un canal de difusión. Aunque comunicar poesía es una labor que puede resultar muy frustrante si uno sólo se queda en la admiración de ciertos monolíticos discursos de nuestros monstruos literarios, sea Neruda, Mistral, Huidobro, Parra o Rojas. Es decir, ellos son extraordinarios, no nos causa ninguna controversia decirlo (a pesar de que aún no puedo masticar más de dos versos de Gabriela Mistral), pero hay más.

Hay blogs interesantísimos, que sorprenden en algunos casos por la juventud de sus creadores. Eso es algo que propicia la blogósfera, hay libertad creativa y democratización del soporte que difunde los discursos. La tarea de hacer que esto tenga sentido, depende de quienes vamos poblando de ideas este camino. Por ahí va mi intención, mi poética del aire tiene que ver con una idea de la poesía fundada en el verbo del origen, del verdadero inicio de las cosas, cuando el verbo flotaba sobre las oscuras cavilaciones de quien estaba creando un nuevo mundo.

lunes, agosto 29, 2005

¿Para qué sirve la poesía?

¿Para qué sirve la poesía? No se lee mucho, a la mayoría de la gente le cuesta entenderla o no quiere hacerlo, los poetas se esmeran en enredar el lenguaje y finalmente un libro de poemas es más un cruento atentado contra el lector que un intento amigable por iniciar un diálogo verdadero. ¿Para qué sirve?

La poesía no sirve para nada. ¿Sirve para paliar el hambre? ¿Sirve para detener el afán imperialista gringo? ¿Sirve para bajar los impuestos? ¿Sirve para comprar un kilo de pan? ¿Cuál es su opinión amable lector?

"De qué me hablas -me dice un amigo por el chat-, ¿cómo que no sirve la poesía? y por qué cresta escribes tú si no sirve de nada". -No lo sé, le respondo en forma automática y adjunto un emoticon ad hoc. Es pura herrumbre la poesía. La literatura también. Sí, pura metáfora desgastada en vaivenes temperamentales, pura derivación semántica, pura connotación, puro metal. ¿Pura emoción?. Y si la literatura es utilitaria, entonces se desvaloriza y se marea en la contingencia . ¿Para qué sirve?

Veo muchos rostros que cuelgan de las ventanas mientras la ciudad transcurre empecinada en darnos oportunidades para seguir revolcados en la más horrenda de las inopias. ¿Para qué sirve la poesía? Si de verdad la ciudad nos arrebata hasta los deseos más nobles con tanto mercantilismo galopante.

Alimento para el alma, le dicen, y veo cientos de bocas, miles gritando por un mendrugo. ¿Por qué no comen poesía mejor? ¿No les sirve acaso?

martes, agosto 23, 2005

Literatura y poesía

Tengo una duda: ¿hay diferencia entre literatura y poesía? Dicho de otro modo, podemos considerar a la poesía como literatura. Tengo esa duda. ¿Quién sabe? Tal vez la poesía invade cierta literatura y la disfraza de metáforas que fundan una historia en la ficción. Tal vez la literatura de pronto ingresa al círculo poético para hacerlo imperfecto, para contaminarlo.
La poesía es algo más que literatura. Debe serlo, por definición, la poesía está en el origen junto al verbo, habitando los lugares para sacarlos de la nada. La literatura en nuestra humilde región asolada por las más ridículas visiones europeas es fundacional, nos revela un estado del ser en el mundo. Pero la poesía crea al ser, lo hace ser y estar en el mundo.
Tengo esa duda. Aunque leo el canto segundo del Altazor de Huidobro y pienso: "no, la poesía no es literatura". Mente y alma brillante el poeta profundiza en la esencia de las cosas y se convierte en ellas para hablarlas y habitar el silencio con su palabra.
Si bien distinguidos y melosos científicos de la literatura dan uno y otro argumento, la poesía sólo los mira y los interroga en cada imagen, en cada desviación semántica y los confunde en el más profundo de los secretos de la música callada.
Tengo esa duda.

jueves, agosto 18, 2005

Circunloquio a propósito de William Blake

" Si las puertas de la percepción se depurasen, todo aparecería a los hombres como realmente es: infinito. Pues el hombre se ha encerrado en sí mismo hasta ver todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna. " (William Blake)
Ver la luz más allá de nosotros mismos, en la palabra poética. En la creación o en la fundación de algo más allá que un simple corro de palabras. ¿Puede la crítica realmente desentrañar el sentido profundo de la poesía? Novalis pensaba que no hace un par de siglos. Hoy me pregunto si alguien puede efectivamente hacerlo o ¿el asunto debiera ser vivirlo?
La poesía es un acto de creación pura; hay un lugar común en que el verbo se hace carne y habla a través del poeta; el poeta se despoja de todo para ver las cosas como son: infinitamente reales, en un sentido metafórico. Si bien la poesía fuerza la desviación a nivel del paradigma, su intención es mostrar al hombre la verdad de las cosas, pero como una pregunta, como una opción, en un sistema que el poeta ofrece a la consideración de los lectores. Las respuestas están más allá de la perspectiva del poeta: están en el receptor, en quien busca las respuestas. El poeta no tiene respuestas; su palabra funda una posibilidad de existencia más allá de la propia realidad circundante, histórica. Así el poema espera ser actualizado con las competencias de cada lector en cualquier tiempo, en cualquier espacio. Siempre para ver las cosas infinitas.

martes, agosto 09, 2005

Y enseguida anochece

Salvatore Quasimodo (1901-1968). He leído parte de su trabajo traducido (traicionado a veces, supongo) y siempre vuelvo a un poema muy corto pero suficientemente inquietante. Lo cito de una traducción de Carlo Frabetti, editorial Hyspamerica, 1983:
"Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra
traspasado por un rayo de sol:
y enseguida anochece"
Es un texto que plantea una imagen de la soledad del hombre, en la que con muy pocos versos se hace cargo de todo un andamiaje filosófico que da cuenta de la pesadez metafísica de la existencia. A pesar de la delicadeza en la estructuración superficial, el total y profundo significado es la gran carga de estar solos y sobrepasados por el tiempo. La inmensidad del dolor de la existencia es como un gran abismo en el corazón de la tierra, en el que el tiempo real nos pasa por encima a pesar de nosotros mismos.
He tenido la suerte de contar con grandes amigos que me han regalado sabiduría en la ruta. Uno de ellos puso en mis manos un libro de Salvatore Quasimodo hace muchos años, cuando estaba comenzando mis estudios universitarios. Ahí conocí un mundo en el que la legítima obsesión de libertad sirve al propósito de una poesía que es rebelde hasta del propio idioma y ronda la más siniestra ambigüedad al querer interpretarla. Hermetismo lo llamaron.

domingo, agosto 07, 2005

Traigan azogue

La voz oficial siempre será oficial y por lo mismo supone un espacio no oficial. Siempre está el contrario. Traigan azogue para el espejo. Somos nosotros y los otros. O tal vez primero los otros y luego nosotros.
Antes escribir, enviar y recibir una carta era un proceso lento. Había cierto ritual y una rebuscada sensación de luminosidad al redactar cualquier asunto en una esquela. Hoy el e-mail no es más que una sucesión de diálogos, monólogos, exabruptos, jocosas molestias literales que atosigan las bandejas de entrada de nuestros correos. Hay comunicación sin duda. ¿De qué tipo? No importa. Estamos construyendo y destruyendo. Da lo mismo. Traigan azogue.
Sin embargo, no podemos hacernos a un lado y dejar pasar el entusiasmo de la cibernética, de los bits, de las ideas que subyacen en lo digital. Ahí donde se crea el espacio para que los blogs surjan como callampas en el campo húmedo, para que las palabras aparezcan como si nada, pronunciando cualquier cosa, cualquier cosa, cualquier cosa.
Los blogs fundan algo más allá de sí mismos. Es un espacio conquistado y profitado por nosotros que buscamos editar la realidad de otra manera, no al estilo oficial, no encamisados con la agenda setting. Allí los blogs nos tienden una mano y nos dejan que construyamos algo más allá de ellos mismos.
La poesía busca su espacio y se abre camino al andar, como decía Machado, el bueno. Por ahí vamos abriendo nuestra ruta. Traigan azogue.

miércoles, agosto 03, 2005

Variaciones sobre el verbo

Escribir como vomitando a veces
Escribir desde la emoción sin cerebro
Escribir sin evocar
Escribir viviendo lo que se escribe
Escribir desde el cerebro sin emoción
Escribir sólo evocando y advocando
El verbo el verbo el verbo
Flotando sobre nada
Sobre la palabra que predijo y movió los péndulos
para que los minutos fueran horas y días y años
para que sonara un eco en una caverna virgen
ataviada de creencias inocentes
sin espejos
sin extrañas obsesiones
Escribir sobre todo
Hasta ver de frente la palabra que dio origen
que fundó la oscilación de las predicciones
Para ver el rostro endurecido del silencio
Adolorido de tanto hostigamiento
para ir de la nada al ser y viceversa
Escribir como imitando la palabra que inundó esas conciencias del origen
Fiat lux! como si nada

martes, agosto 02, 2005

Parque Forestal (menos de cien palabras)

Ella miraba en silencio. No habría explicación para estar ahí. Ni siquiera habría excusa para un beso, ni para caminar por el parque, aunque fuera sin sentir el diálogo inocente de sus manos o la voz de su mirada. Una línea separaba irremediablemente sus pisadas. El agua de la fuente reverberaba reduciendo a silencio sus pensamientos. El Bellas Artes era un buen panorama. Mañana se verían de nuevo en el trabajo.

lunes, agosto 01, 2005

Un poema de José Miguel Vicuña

Un viejo amigo me lee por teléfono un poema que suena a soneto, creo que sí es un soneto, de José Miguel Vicuña. Este es un poeta fuerte, cerebral, muy intelectual y con un gran bagaje cultural, lo que sin duda lo trae en la sangre, pues entre su familia se cuentan intelectuales de peso, como los hermanos Lagarrigue. El es un poeta denso, espeso en el más profundo sentido de la palabra. Sin embargo, el poema que este viejo amigo (es viejo en el bonito sentido, frisa los setenta años) me leyó sugería la cercanía de un paso a lo indescifrable de la despedida eterna. Sé que José Miguel Vicuña no es creyente en lo divino. Al menos así se lo he escuchado decir a él. El tal vez se acerca más al positivismo, pero su poesía lo conecta inescrutablemente con la trascendencia de la ultravoz y del verbo.
La conversación telefónica me trajo a la mente otro poema, "Testamento". Cito algunos versos de este poema, de su libro Elemento y Súplica del año 2000:
"Estoy pronto. Mi alma va intocada
No importa, pues, que caiga
este telón de tierra
porque otra primavera
se insinúa en el fin.
Ahora que se cumple
nuevamente la hora,
cuando la tarde cae,
parece todo comenzar.
Lo nuevo, lo imposible,
son apenas destellos
de lo que más amamos.
Nada que nos deslumbre,
porque ya lo sabíamos.
Tú naces, creces, vives. Te desvives.
Todo en ti se revela
como forma de enigma.
¿De qué mundo regresas?
¿Qué experiencias tejían
tus ojos al nacer?"
El poema es más largo, pero estos versos muestran un profundo sentimiento a propósito de la vida (y de la muerte) y una interrogante que comienza a palpitar a medida que leemos. Esa es la palabra de Vicuña.

domingo, julio 31, 2005

Bloguética

La poesía no es un fenómeno masivo. En Chile (creo que el modelo es replicable en todo el mundo) salvo los grandes monopolios poéticos de Neruda, Mistral, Parra, Huidobro, Gonzalo Rojas y otros menos monopólicos pero igual de omnipresentes como De Rokha, Zurita o Hahn, no se habla mucho más de poesía en los medios o en la calle o en la universidad o donde sea.
Los blogs sirven a este propósito y a muchos otros. Sirven más allá de una simple bitácora de vida. Mucho más que un simple diario de vida. En mi caso espero que le den espacio a la poesía.
"La poesía es muy oscura", "es muy difícil", "no se vende como la narrativa". Y ahí queda el poeta golpeándose contra la pared para poder inventar un sistema de autoedición digno y con cierto margen de ganancia (más anímica que económica, por cierto). Ni hablar de la distribución. Ni hablar de la crítica. Ni hablar de poesía, por favor.
He visto varios blogs muy concurridos, entretenidos y comunicacionalmente ataviados de una producción interesante. He dejado comentarios. Esos blogger salen en la televisión, en los diarios; se les conoce su vida, lo que comen y con quien duermen. Están en su derecho de escribirlo y publicarlo: el blog sirve a su propósito.
Mi bloguética es la poética del aire; mis manos fugitivas se hacen cargo. Salud

jueves, julio 28, 2005

Un vistazo a la poesía de Eliana Navarro

Debo reconocer que no me gusta la poesía religiosa. Al menos no aquella que parece más un folleto de misa dominical antes que un poema. Sin embargo, leo a Eliana Navarro y el panorama es distinto. Ella escribe desde la esencia misma de las cosas y su poesía religiosa es un espectáculo para la más exquisita degustación estética. "¿Cómo entregar al mundo Tu Voz/Tu Voz que siento crecer en mis entrañas/como un potente manantial de fuego?", nos señala en su hermoso y perfecto poema La Pasión Según San Juan.
Si bien su poesía no tiene ese telúrico alarido de Neruda o la ingente necesidad de cosmicidad de De Rokha o la exasperante perfección de Huidobro, la poesía de Eliana Navarro es una poesía eterna, sencilla y solemne a la vez, plena de estructuras profundas que la hacen ser una rica cantera para la exégesis que busca significados en ella.
A través de Eliana Navarro he conocido esa poesía religiosa que muestra el diálogo con Dios, como diría Eduardo Anguita, "en múltiples expresiones simples".
Es una gran poeta.

martes, julio 26, 2005

¿Dónde está aquel poeta?

Acumulada la gente por las calles. Las noticias llegan en plena edad de la inocencia. Alguien dice que los terroristas asesinan sin razón. Con razón. Who knows? Mañana leeré nuevamente un gran titular con gusto a nada. Dónde está el poeta de las cosas simples. "Sobre este muro en ruinas alguien escribe la palabra desamparo" y sigo en su búsqueda, leyendo donde pueda, aunque con mayor frecuencia en el baño. Ahí estoy tranquilo, pues hay un minuto personal; nadie molesta. Saben que es personal.
Puedo sentir la melancólica dedicación del poeta, aterido bajo la lluvia, sin abrigo, con una pulmonía que galopa en sus entrañas. "Tus palabras son débiles, pequeñas. Sin embargo, yo amo tus palabras". No dijo más que pequeñas cosas, pero fue suficiente. Desde Barcelona alguien escribió un lamento y encendió velas y rezó. Fue suficiente.
Leo a Alberto Rojas Jiménez. Leo los pedazos de obra que él dejó apilados entre una antología y otra. Sigo al viajero de la tristeza.
Los diarios se preocupan de que alguien rompió una puerta y salió para decir que era otro y que de ahora en adelante siempre va a ser ese otro, el verdadero. No era negro, era blanco. Muchos se molestan. La gente se acumula en las calles. Dónde está aquel poeta...

miércoles, julio 20, 2005

Los elegidos

Nadie sabe si en las sombras esas voces que esperan ser convocadas clamaran por su inocencia. Si tal vez su decir sombrío tendrá el brillo leve de las hojas que comienzan su existencia en primavera. Nadie observa las miradas que cavilan en secreto entre los pasos de la muchedumbre día tras día, como aguardando aquella vida que les pertenece y que no han tenido.
Nadie ha visto a los elegidos limitar sus obsesiones a un simple barco ebrio o a la exquisita seducción de traficar las ilusiones ajenas, trocándolas en música callada. Allí en esa soledad acodada en las ventanas, detrás de las murallas o bajo los ciruelos florecidos. Nadie más que ellos mismos.

jueves, julio 14, 2005

Dylan Thomas y luego Rilke, el joven

El sonido de las palabras antes que su significado. La esmerada erudición puede disecar un poema en rebusca de lo que hace que dicho texto sea poético. Pero, parafraseando a Dylan Thomas, el misterio de las palabras perdura más allá de aquello que hace técnicamente rico a un poema.
Estoy leyendo a Dylan Thomas y luego leeré a Rilke, el más joven, antes de las Elegias de Duino. Ese Rilke que decía que uno tiene que preguntarse en la hora más solitaria si es necesario escribir y si la respuesta fuera afirmativa, dedicarse a construir la vida según esta necesidad. Es decir, no preguntar a otro más que a sí mismo si es necesario tomar el camino de las palabras. Por ahí vamos.
Está nublado, el ambiente se puebla con la música de Astor Piazzolla.

miércoles, julio 13, 2005

La amada

De la mano por la ciudad, unidos en el beso en que dijimos todo y nacimos. Atado a ti porque el misterio de tu voz infinita entreteje los filamentos de mis entrañas. Y todo gira y todo es música.

jueves, julio 07, 2005

1992 en la galería La Merced

Suena Simple Red y recuerdo un pequeño local en la galería de La Merced en Santiago, allá por el año 1992. La música adornaba todos los rincones y los amigos llegaban a conversar de literatura y de ilusiones. Allí hablábamos y construíamos una realidad alternativa. Era invierno. Frío, muy frío. "Something got me started". Seguro lo recuerdan...

jueves, junio 30, 2005

El mar

He visitado en algunas ocasiones ciertos lugares que me recuerdan el mar. También he leído y releído poemas que me hacen estar en medio del mar. Voy a citar algo de memoria: "Paz sobre la constelación cantante de las aguas/Entrechocadas como los hombros de la multitud". Creo que es más o menos así que comienza "Monumento al mar" de Vicente Huidobro, un poema que realmente me deja el sabor a mar en la boca cada vez que lo leo. Aunque hay otro marinero que se ve influido a tal punto que sus palabras se hacen saladas: Alberti.
Recuerdo que Alberti vino a Chile y estuvo en la Universidad Católica. En ese tiempo yo estudiaba en la Chile y junto a un amigo mío que hoy recorre los vericuetos de una biblioteca y luego hace transcurrir sus sueños en Valparaíso y a un poeta que además era nuestro profesor, nos colamos en las primeras filas destinadas a los académicos y otras autoridades. Ahí estaba Alberti y con él estaba el mar.

jueves, junio 23, 2005

Descendiente de Adán

De tanto martillar palabras, a veces encuentro significados. De dónde viene ese aliento que nos insufla misterio y otredad. ¿Cuál fue el momento en que acepté hablar para poblar aquel lugar deshabitado?

jueves, junio 16, 2005

La cadena

Multiplicado por las calles, en las vitrinas, en los letreros, deambulo a veces como buscando algo que nunca encuentro. Aún no sé qué es aquello, aunque siento su presencia cerca. De pronto la música y las luces y una imagen que vuela de hora en hora tejiendo el tiempo entre sus manos.

viernes, junio 10, 2005

Trilce

Hoy Santiago invitaba a la lectura de un poeta adolorido. Leí entonces Trilce de Cesar Vallejo. Que cúmulo más tremendo de emociones los versos aquellos. Confieso que ya los había leído, pero hoy les encuentro otro sentido a los textos... Quizás la audacia verbal y el irrespeto a la estrictez lingüística del poeta confunden y no dejan ver en principio el inmenso dolor que hay en el hablante de los poemas, pero no es menos cierto que una vez dentro del mundo que plantea no queda otra cosa que sentirse atropellado por una inmensidad de sensaciones que agobian y seducen en una contradicción intensa. Afuera llueve.

jueves, junio 09, 2005

De lo que ocurre en el camino

Su voz me viene como un caballo que recorre las calles de la ciudad muy cerca mío. Apenas cuando el paso de la urbe se detiene, aparece. Así se viene, mientras yo intento conciliar mis cavilaciones y mi sueño para sentir que aún estoy vivo. No sé que hay detrás de la puerta que no abrí, ni sé que podría haber vivido si hubiera seguido al pájaro que me llamaba y me mostraba el camino que no escogí. Sólo son posibilidades, ya lo dijo Eliot en los Cuatro Cuartetos.
De pronto la voz de un amigo me entrega datos de la realidad que él ha construido y destruido y construido nuevamente. La musa lo ha tocado. Así debe ser como sucede lo que sucede...

jueves, junio 02, 2005

¿La inspiración?

Hay musas que son meretrices y se deleitan subyugando a los elegidos. De pronto su amor llega y se empeñan en enmudecer y enceguecer a los elegidos. He visto sus siluetas deambular entre los espacios que he querido poblar con mis palabras, sólo mis palabras, simplemente mis palabras.
¿Qué es la inspiración finalmente? ¿Una epifánica fornicación entre las almas que desfilan ofreciendo miradas, voces, hallazgos?

miércoles, junio 01, 2005

Del amor

¿Qué se ama cuando se ama? La pregunta de Gonzalo Rojas es de suyo inexplicable. El amor está en la voz de los poetas, en todas las voces de la calle, en el mundo entero. ¿Será posible construir nuestra existencia sin amor? El amor es un lugar común y me gusta formar parte de esa fuerza inexplicable. Me agrada a veces ser cursi y rebuscado para decir "te amo". Para conjugar siempre las fases del camino con amor. Amo a mi mujer y a mis hijos, a mi familia entera. Amo lo que hago. ¿Pero que se ama finalmente? ¿Es acaso la posibilidad de experimentar las más profundas sensaciones y vivir sin pensar en la muerte?

martes, mayo 31, 2005

Las palabras

Las palabras caminan sobre un filamento. ¿Cuál es el destino de las palabras? Nombrar, nombrar, nombrar. Tal cual lo hizo el verbo que flotaba lábil al comienzo.

lunes, mayo 30, 2005

En la ruta

Como perdido muchas veces me he dedicado a recorrer las calles de mi barrio. ¿Qué he descubierto? Que caminar sin rumbo cansa. Es ir y volver al mismo tiempo. Cansa. Y da exactamente lo mismo. Los rostros y las voces, las miradas palpitando en las plazas que entretejen la ciudad. Cansa. De pronto tal vez una vitrina distinta o un espejo con otra imagen que no sea la mía. Caminar sin rumbo cansa. Definitivamente

domingo, mayo 29, 2005

Mercado

Santiago es una ciudad llena de ideas. Eso creo. Me gustaría al menos que fuera así. De otra forma, Santiago sería tal como cualquier otra ciudad moderna y sin sentido. En Santiago hay gente buena y gente mala. Calles sucias y calles limpias. Sombras y sombras y sombras. Alguna luz también. Me gustaría que hubiera alguna luz en medio de tanta idea asombrosa. Allí están los mall llenos de voces y caras asombradas de tanta luz. Ah! por ahí de pronto se ven algunos poetas.

sábado, mayo 28, 2005

Mensaje

Mi hijo mayor que tiene cinco años me preguntó qué era el viento, porque él lo veía moverse como si estuviera corriendo de un lado para otro. Yo le contesté: "El viento es un caballo". Recordé con esta frase aquel día en que descubrí uno de los libros de Neruda que más me gustan por su simpleza, "Los versos del capitán". El primer poema que leí fue "El viento de la isla" y aquel primer verso ahora es parte de la voz de mi hijo.

viernes, mayo 27, 2005

La vida del aprendiz

Amanecí con deseos de postular a una beca para poder dedicarme de lleno a escribir poesía o una novela o un cuento. Tal vez pueda por fin cumplir con mi viejo anhelo de ser un escritor y dejar de ser sólo un aprendiz. Sí, voy a solicitar las bases en alguna oficina que se ocupe de personas como yo que queremos una beca y si no se puede, por lo menos que me den la posibilidad de ganarme un premio aunque sea pequeño. Eso sí, voy a conseguirme el nombre de alguno de los amanuenses que se encargan de soplar al oído los nombres de los elegidos, por si las moscas. Capaz que consiga algo.

jueves, mayo 26, 2005

Alberto Rojas Giménez, 71 años desde su muerte

Recuerdo que cuando terminé mi carrera de literatura en la Universidad de Chile debía presentar mi tesis para optar al grado de licenciado. ¿Cuál podría ser el asunto de mi tesis? Esta pregunta consumió largas horas de los días de ese tiempo. Llegué a la conclusión de que no me interesaba ninguno de los seminarios de tesis propuestos por los profesores así que me propuse crear mi propio seminario sobre Alberto Rojas Giménez.
Debo confesar que no sé muy bien cuándo llegué al tema. Fue de golpe. Como si de pronto estuviera allí diciendo "revisa mi poesía". De esta forma, fui a la escuela de literatura y comencé con los formulismos propios del ámbito académico y logré que se aceptara el proyecto. Así fue.
Alberto Rojas Gimenez fue mi tema durante mucho tiempo y el de otras personas también, las que me siguieron en mi obsesión. Creo que aún es mi tema, aunque no desde el punto de vista academicista ni anecdótico, pues hay otras personas que han recopilado textos y narrado historias sobre el personaje. Lo mío es sobre el poeta y su poética. Es sobre las palabras simples del viajero de la tristeza.
Fue el 25 de mayo de 1934. Bajo la lluvia.

miércoles, mayo 25, 2005

El oficio

Suena un taladro cerca de mi casa. El frío detiene el pensamiento. Busco mis ideas dispersas en un cajón, pero no encuentro las llaves para abrirlo. Es otoño. Los ojos de los hijos miran mis ojos y me acarician con sus sonrisas. "Vamos a jugar mejor". Voy con ellos. Siempre.

martes, mayo 24, 2005

La imagen

La vi muchas veces tatuada en las murallas de la ciudad, en las ventanas, en los letreros, en el humo de los vendedores de comida nocturna y trasnochada. La seguí de cerca. La respiré en el tráfago de la madrugada, junto a los cartones mojados y abatidos por el caballo del alba. Aún la siento.

miércoles, mayo 18, 2005

La lluvia en mis ojos

Cae agua en Santiago. Qué buen fenómeno el de la lluvia. Aunque debo confesar que a mí no me atrae del todo. "¿Qué?", me dijo un amigo cuando se lo mencioné, "¿por qué no te atrae la lluvia si tú escribes?". Porque no. Punto. Ahí acabó esa conversación en torno a la inspiración que supuestamente viene en cada trazo de agua que irisa las pupilas de la gente. Yo prefiero el día después. Un sol espléndido en pleno invierno, aunque sin ningún entusiasmo de su parte por darnos aunque sea unos minutos de calor amistoso. Llueve, sobre el campo el agua mustia cae fina... El poeta Carlos Pezoa Véliz lo sabía. Más allá de cualquier consideración epocal en su forma de escribir, él lo sabía. Cuando el agua cae es fina, grácil, leve, pero mustia también. Hay gente que corre bajo el agua de la lluvia. Está bien. Pero yo no. Aunque recuerdo a mi abuelita abogando para que mi madre me dejara en la cama sin ir al colegio porque la lluvia era muy insistente o esas figuras maravillosas que fabricabamos con las huellas que dejaban los camiones en una calle cerca de mi casa. Bueno, sí hay algo en la lluvia que me atrae, pero la prefiero cuando está en silencio, lejos de mis pasos, sin acariciarme el pelo, sin envolverme. La prefiero cuando no es...

lunes, mayo 16, 2005

Los ciclos poéticos

La palabra tiene un poder inapelable. Este lugar común me golpeó hasta el último de los filamentos de mi sensibilidad cuando mi hijo escribió "papá".
La simpleza de su rostro al escribir esa sola palabra retumbó en mí como si fuera el mejor de los poemas nunca escritos. O acaso no es el mejor que se haya escrito. Cuando leí el poema "Soledad" de García Lorca sentí que la poesía era necesaria en cierto modo para acompañar al menos un minuto de nuestras vidas y de pasada vi a un García Lorca que no conocía. Cuando vi que mi hijo escribió papá sentí esa fuerza de la palabra poética. Su experiencia (la de mi hijo) se me vino de golpe con su discurso, el escribió y me llamó papá, lo que se convirtió en su opera prima, en un día de lluvia, cuando pensaba en todas las horas que he estado sin un poema.

No muere el sueño