Yo te premio porque quiero hacerlo y punto
A propósito de premios nacionales y otros premios menores, becas, puestos de confianza y un largo etcétera, que incluye una anticensura para un antipoeta, tal vez sería mejor que fuéramos más sinceros y diéramos nuestro veredicto fundamentado en lo que realmente queremos decir: “Te doy el premio porque quiero hacerlo y punto”.
Para que seguir con patillas, como dijo el ex presidente Aylwin. Bueno o malo cada escritor tiene su obra, cada profesional tiene su carrera y así sucesivamente. El hecho es quién pesa más, quién trasciende más, quién aporta más, quién dice algo más allá de lo que ya está dicho.
De los candidatos, todos narradores según el turno (algo absurdo de principio a fin), salió elegido alguien que sin duda tiene carrera literaria, pero también tiene carrera periodística y tal vez a nadie le habría parecido extraño que hubiera sido premiado en periodismo en lugar de literatura. Pero por qué le dieron éste. Se lo dieron y punto. Qué más pueden decir, ¿pueden apelar a que su obra es mejor o más contundente que la de German Marín o incluso que la de Diamela Eltit?
Sin duda José Miguel Varas tiene merecimientos, hizo historia, con valor y dedicación. Hizo historia. ¿Ha hecho literatura? Sí, tiene su obra, la tiene, qué duda cabe. ¿Premio Nacional?
¿Por qué no se lo dieron en su momento a María Luisa Bombal? Seguramente le faltaba peso, porque no tenía muchos libros. Aunque siguiendo esa lógica, podríamos pensar que el próximo narrador que tuviera derecho al premio sería Lafourcade, pues tiene un montón de libros y todos juntos deben pesar un par de kilos. Vaya peso de obra que debe tener.
Se lo dieron a José Miguel Varas y punto. Fírmese y archívese.
A propósito de premios nacionales y otros premios menores, becas, puestos de confianza y un largo etcétera, que incluye una anticensura para un antipoeta, tal vez sería mejor que fuéramos más sinceros y diéramos nuestro veredicto fundamentado en lo que realmente queremos decir: “Te doy el premio porque quiero hacerlo y punto”.
Para que seguir con patillas, como dijo el ex presidente Aylwin. Bueno o malo cada escritor tiene su obra, cada profesional tiene su carrera y así sucesivamente. El hecho es quién pesa más, quién trasciende más, quién aporta más, quién dice algo más allá de lo que ya está dicho.
De los candidatos, todos narradores según el turno (algo absurdo de principio a fin), salió elegido alguien que sin duda tiene carrera literaria, pero también tiene carrera periodística y tal vez a nadie le habría parecido extraño que hubiera sido premiado en periodismo en lugar de literatura. Pero por qué le dieron éste. Se lo dieron y punto. Qué más pueden decir, ¿pueden apelar a que su obra es mejor o más contundente que la de German Marín o incluso que la de Diamela Eltit?
Sin duda José Miguel Varas tiene merecimientos, hizo historia, con valor y dedicación. Hizo historia. ¿Ha hecho literatura? Sí, tiene su obra, la tiene, qué duda cabe. ¿Premio Nacional?
¿Por qué no se lo dieron en su momento a María Luisa Bombal? Seguramente le faltaba peso, porque no tenía muchos libros. Aunque siguiendo esa lógica, podríamos pensar que el próximo narrador que tuviera derecho al premio sería Lafourcade, pues tiene un montón de libros y todos juntos deben pesar un par de kilos. Vaya peso de obra que debe tener.
Se lo dieron a José Miguel Varas y punto. Fírmese y archívese.