Mi primer diente
Cuando uno es niño se ve enfrentado a varios acontecimientos, pero uno de los que siempre nos vamos a acordar es el hecho de comenzar a cambiar los dientes de leche. Yo recuerdo que se soltaban inesperadamente, como pruebas irrefutables de nuestro crecimiento. Y recuerdo también que los ayudábamos a soltarse y a veces los tironeábamos para que salieran de una vez. Había un poco de sangre; no todo era muy limpio. Había un poco de dolor; poquito; un poco de miedo. Había entusiasmo, no sé por qué si nos veíamos tan feos sin dientes.
Mi mamá guardaba los dientes en un frasco en su dormitorio. Incluso mis muelas del juicio estaban ahí. Ese frasco ahora es leyenda.
Mi hijo comenzó el camino de los dientes nuevos y conversamos harto rato antes de sacarle el diente que tenía suelto. En realidad, ya se lo había extraído y seguíamos conversando, pero él no se dio cuenta. Le saqué fotos. Le conté varias historias de cómo había cambiado yo los dientes. Nos reímos. Su hermana ya está preparada para el próximo año y así me lo dijo y además sabe que tiene que dejar el diente debajo de la almohada. Ella tiene todo pensado desde mucho antes. Tiene cinco años y ya me dijo que quería hacer clases e ir a la universidad y enseñar por todo el mundo. Nos reímos.
Cuando uno es niño se ve enfrentado a varios acontecimientos, pero uno de los que siempre nos vamos a acordar es el hecho de comenzar a cambiar los dientes de leche. Yo recuerdo que se soltaban inesperadamente, como pruebas irrefutables de nuestro crecimiento. Y recuerdo también que los ayudábamos a soltarse y a veces los tironeábamos para que salieran de una vez. Había un poco de sangre; no todo era muy limpio. Había un poco de dolor; poquito; un poco de miedo. Había entusiasmo, no sé por qué si nos veíamos tan feos sin dientes.
Mi mamá guardaba los dientes en un frasco en su dormitorio. Incluso mis muelas del juicio estaban ahí. Ese frasco ahora es leyenda.
Mi hijo comenzó el camino de los dientes nuevos y conversamos harto rato antes de sacarle el diente que tenía suelto. En realidad, ya se lo había extraído y seguíamos conversando, pero él no se dio cuenta. Le saqué fotos. Le conté varias historias de cómo había cambiado yo los dientes. Nos reímos. Su hermana ya está preparada para el próximo año y así me lo dijo y además sabe que tiene que dejar el diente debajo de la almohada. Ella tiene todo pensado desde mucho antes. Tiene cinco años y ya me dijo que quería hacer clases e ir a la universidad y enseñar por todo el mundo. Nos reímos.
7 comentarios:
Que historias del dia a dia tan bonitas que sentimientos que nos van llenando!!!
Mil bikos!! :D
Wena historia, aun recuerdo la inquieta espera para que el diente caiga. Como eventos tan pequeños son tan significativos para uno, el nerviosismo que inunda esos dias. cuando tus amigos (pendejos como uno) te dan mil consejos para sacarlo. amrrarlo a un hilo y ahi a una puerta, etc. Puta que fue rico ser chico. Como las primeras veces nos marcan.Que primeras veces nos quedan? Ojala que nunca pierdan esa magia. ahora otras cosas comienzan a caer pero ya nadie te premima por eso ja ja. aprovecha al maximo tus hijos. hablo como una persona de 60 ja ja. mi mama aun guarda muchas de mis primeras cosas, Un abrazo Mostro.
deberiamos vivir todo como si fuera la primera vez
jajajajaja... ¿Hoy otras cosas se empiezan a caer?... jajajajaja... que buena Seba. Gran relato, compadre y me alegra que ya estemos los tres navegando en la blogosfera.
Un abrazo,
Para aquel momento, lo que nos estaba ocurriendo era trascendental. El primer diente caído de mi primer hijo quedó áuricamente engastado y sirve de pequeño colgajo en el cuello. Hermosa oportunidad de conversar con ambos sobre aquello. Abrazo.
Y a mí que me quedan dos todavía los muy rebeldes...
Quién entiende?
Será la prueba irrefutable de esa niñez que quiere quedarse ahí...
Un gran abrazo Ernesto.
Que lindos momentos!El primer diente es todo un acontecimiento,las historias,los miedos e incluso planes.Me parece muy bella esa relación que tienes con tus hijos,provoca una gran ternura!Imagina,tu hija tan pequeñita y ya quiere hacer tantas cosas,tantas!
Los sueños estan tan al alcancé que sólo falta dar el primer paso
Cuidate mucho,te dejo un gran abrazo
Auf Wiedersehen!
jajaja ¡Notable!.
Yo jugaba con ellos. moviéndolos hasta que se cayeran.
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