Poesía en Semana Santa: La voz religiosa de Eliana Navarro
Siempre recuerdo una de las primeras lecciones que me enseñó un querido profesor y amigo poeta: “ser prejuicioso empobrece”. Esa es una lección que aprendí para siempre y creo que si bien muchas veces uno puede confirmar su prejuicio, vale la pena hacer el viaje para conocer el camino por uno mismo.
Digo esto porque en Chile se ha escrito poesía, que podríamos llamar religiosa, de muy buena calidad y una de las voces que han incursionado por esa senda es la de la poeta Eliana Navarro (1920-2006). Hablé de la lección que me enseñó mi estimado profesor, pues con la poesía de inspiración religiosa de Eliana Navarro confirmé que el prejuicio efectivamente puede llegar a quitarnos el privilegio de leer una obra intensa, llena de luces y hallazgos, envuelta en un halo de la más pura religiosidad que podría, desde la perspectiva de la inmediatez y el facilismo, atentar contra ella misma, cerrando la entrada a su profunda estructura.
En virtud de lo anterior, una de las obras que podemos señalar como fundamental en su inspiración religiosa y, por lo demás, muy recomendable para su lectura en esta fecha de recogimiento y reflexión, es “La Pasión según San Juan”, un texto del cual Hernán Díaz Arrieta (Alone) señaló en una carta a Eliana Navarro: “debo confesarle que esta voz religiosa que le ha venido, sin duda desde lo alto, tal vez de lo profundo, me parece de una belleza extraordinaria, tocada de una llama superior”.
A pesar de que muchos críticos literarios, profesores universitarios, estudiantes y otros poetas han hablado de ella, la poesía de Eliana Navarro no ha tenido la figuración que se merece. Tal falta de reconocimiento es del todo injusta, pues es una poesía eterna, sencilla y solemne a la vez, plena de significados. Asimismo, la religiosidad, el vivir poético de Eliana Navarro, se plasma en el decir y el diálogo más sentido y sublime, quedamente, sin aspavientos y lejos de las pequeñas envidias.
Compartamos el poema "Oración de Viernes Santo":
Siempre recuerdo una de las primeras lecciones que me enseñó un querido profesor y amigo poeta: “ser prejuicioso empobrece”. Esa es una lección que aprendí para siempre y creo que si bien muchas veces uno puede confirmar su prejuicio, vale la pena hacer el viaje para conocer el camino por uno mismo.
Digo esto porque en Chile se ha escrito poesía, que podríamos llamar religiosa, de muy buena calidad y una de las voces que han incursionado por esa senda es la de la poeta Eliana Navarro (1920-2006). Hablé de la lección que me enseñó mi estimado profesor, pues con la poesía de inspiración religiosa de Eliana Navarro confirmé que el prejuicio efectivamente puede llegar a quitarnos el privilegio de leer una obra intensa, llena de luces y hallazgos, envuelta en un halo de la más pura religiosidad que podría, desde la perspectiva de la inmediatez y el facilismo, atentar contra ella misma, cerrando la entrada a su profunda estructura.
En virtud de lo anterior, una de las obras que podemos señalar como fundamental en su inspiración religiosa y, por lo demás, muy recomendable para su lectura en esta fecha de recogimiento y reflexión, es “La Pasión según San Juan”, un texto del cual Hernán Díaz Arrieta (Alone) señaló en una carta a Eliana Navarro: “debo confesarle que esta voz religiosa que le ha venido, sin duda desde lo alto, tal vez de lo profundo, me parece de una belleza extraordinaria, tocada de una llama superior”.
A pesar de que muchos críticos literarios, profesores universitarios, estudiantes y otros poetas han hablado de ella, la poesía de Eliana Navarro no ha tenido la figuración que se merece. Tal falta de reconocimiento es del todo injusta, pues es una poesía eterna, sencilla y solemne a la vez, plena de significados. Asimismo, la religiosidad, el vivir poético de Eliana Navarro, se plasma en el decir y el diálogo más sentido y sublime, quedamente, sin aspavientos y lejos de las pequeñas envidias.
Compartamos el poema "Oración de Viernes Santo":
Vísteme hoy con la púrpura quemante de tus llagas
Prende sobre mis labios tu rictus de amargura
y exprime sobre el cáliz rebelde de mi alma
toda la mordedura, todo el desgarramiento,
la tiniebla y el frío
de tu noche en el Huerto
Así untados los labios de vinagre y de hiel
subirá hasta tu angustia mi encendida plegaria
por esta humanidad, que viniste a vencer
y que alza hoy milenaria su frente fatigada,
más que nunca soberbia, más que nunca sedienta,
más que nunca angustiada.
A través del trabajo poético de Eliana Navarro podemos acceder a esa poesía religiosa que muestra el diálogo con Dios, “en múltiples expresiones simples”, como lo señalara Eduardo Anguita. De esta forma, ella escribe desde la esencia misma de las cosas, compenetrada, empapada entrañablemente, en la misteriosa comunión con lo trascendente.
3 comentarios:
Santa semana cuantitativa.
Salio a lo robin ja ja
Aún agradezco haberme podido acercar a Eliana, gracias a un antiguo post tuyo, poeta. Abrazo.
"más que nunca sedienta,
más que nunca angustiada".
Vaya que sí se sienten así estos tiempos en que reina la muerte sin oponente.
Tendremos la fuerza de creer en la vida eterna?
Querido Ernesto...después de mucho tiempo te paso a saludar.
Un abrazo
Yas
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