martes, octubre 25, 2005

Marcha

La hora suena y en la ciudad
comienza el tránsito de las siluetas
Mi nombre sumergido bajo los pasos
se estremece
y la imagen se aleja
como las cenizas de alguna mirada
deshecha por el viento

Es la víspera del canto
Amanecen mis pisadas
hundidas en el polvo de mi nombre
Ahora suena la hora
y se allega la tempestad
desde el fondo de nuestra calma

La hora ahora golpe tras golpe

martes, octubre 18, 2005

Rincones

Si vuelves la vista sobre la oscuridad
hallarás detrás de todo
cierto hablar exterminado
Allí
en el cristal de las imaginaciones
desde tus ojos hasta la frente del secreto
frotando las pestañas contra los ángulos nocturnos

(Ejercicio a propósito de una caminata nocturna)

viernes, octubre 14, 2005

Libreros

Hay muy buenas librerías en Santiago, tanto especializadas como generales. Se han preocupado de implementar bases de datos y sistemas computacionales y todas las cosas que la tecnología aporta para el desarrollo y dar de esta forma una atención más expedita y eficiente. Sin embargo, ¿quién no ha frecuentado alguna vez una librería de viejos? Me refiero a esas donde los libros están ahí dando vueltas, insinuando una mirada, extendiendo una invitación a la lectura, a la historia, a los diferentes mundos que ahí se entrecruzan.

Desde que estaba en el liceo visito diferentes librerías; pero ir a las librerías de viejos –que hay muchas en la capital- es todo un panorama. Ahí he encontrado libros agotados, ediciones limitadas, firmadas en algunos casos, revistas, diarios, más libros y más revistas. También he encontrado autoediciones de poetas que dejan sus libros por si alguien se interesa y se los lleva, aunque sea por una módica suma, que a veces es hasta regalado.

Si bien los libreros de viejos tienen cierta preparación, incluyendo universitarios y escritores propiamente tal, su mayor acopio de cultura literaria se ha hecho en el camino del negocio. Eso es fantástico. Es muy agradable conversar con ellos, por lo menos con los que conozco, y ver que el encanto de los libros y de los autores alcanza a tocarlos y estremecerlos.

Recuerdo a uno en particular que he llegado a visitar en su casa, porque es amigo de mis padres. El no tiene murallas, tiene libros.

viernes, octubre 07, 2005

Gustavo Donoso:
El poeta detrás de la ingeniosa Margarita

Para quienes se acuerdan del desaparecido periódico Fortín Mapocho y principalmente de la aguda caricatura que aparecía en su portada “La Margarita”, les quiero presentar a su progenitor, el poeta y dibujante Gustavo Donoso (1931).

Para mí fue muy gracioso darme cuenta de que sin habérmelo propuesto, el autor detrás de la Margarita, caricatura que aún podemos ver en El Siglo, se acercaba a mí y me depositaba en el bolsillo de mi chaqueta un libro de poesía. Se trataba de “Donosamente”, un libro de características muy particulares, casi como un cuadernillo, hecho muy cuidadosamente por el propio autor.

Recuerdo que lo conocí en la casa de Eliana Navarro (de quien ya he hablado), se celebraba el cumpleaños de don José Miguel Vicuña (poeta también de gran presencia) y ahí estaba este poeta, a quien yo no ubicaba. Me parecía más bien un funcionario público o notario, incluso tenía apariencia medio clerical antes que de escritor. Y menos me lo imaginaba como el dibujante detrás de la Margarita.

Estábamos sentados a la mesa conversando con gente muy entretenida, cuando se me acerca Gustavo Donoso, a quien yo no conocía en ese momento, y me deja su libro en el bolsillo de mi chaqueta, pero me pide que no lo saque hasta que la velada haya terminado y que luego lo lea tranquilo. Me demoré seis años en volver a conversar con él tranquilamente para darle mi impresión acerca de su libro. No fue ingratitud, sino que la vida me ha llevado por otros rumbos diferentes de muchos de los poetas a los que he conocido. Veamos uno de los poemas que aparecen en Donosamente:

De Franklin

De Franklin te hice venir
Cerca de Einstein
A compartir penas y alegrías

Y tener cuatro hijos
Con los que hemos crecido
Algo menos que el sauce

Porque pobres hemos sido libres
Y felices a nuestro modo
Ná que ver con el de corintellado

Muchas cosas no tenemos
Pero una sola es necesaria:
El amor nuestro de cada día

Así también luego de ese cumpleaños, me enteré de que Gustavo Donoso era el mismo que dibujaba a la Margarita y mi impresión fue mayor, sobre todo por su absoluta humildad y amabilidad con un desconocido estudiante universitario que era yo.

Así es Gustavo Donoso, poeta, dibujante, antologador y también editor, pues tiene un pequeño sello editorial llamado Ala Antigua. Entre sus obras poéticas se cuentan “Poemas de tierra y cielo”, “Donosamente, “La piedra numerada” y “Palabra empeñada”. En lo que respecta a su labor de antologador encontramos “Poetas chilenos contemporáneos”, “Tiempo de amar” y “Guía de la poesía erótica en Chile”. Como dibujante está “Chile: de la dictadura a la democracia, de Senén Conejeros con interrupciones de la Margarita”.

Miguel Arteche, a propósito de su libro “Donosamente”, dijo: “Gracias por ser tan donoso, donosamente, y por tan ricos y conmovedores poemas, algunos de los cuales me habría gustavo escribir”. Veamos otro poema del libro “Palabra empeñada”:

Be yourself

Envejece la montaña tratando de copiar la nube
Desgasta fuerzas el mar en imitación de cordilleras
Juega el viento enseñando a los trigos cómo es el mar
El sol presenta wagneriana escenografía turística
El fuego crea fatuas arboledas para enamorar la noche
A un árbol seco los pájaros le fingen hojas por un rato
Otras aves desde una roca son una piedra que vuela

En la contraportada de “Palabra empeñada” se puede leer un recuerdo que se hace del comentario de Ignacio Valente, crítico literario de El Mercurio, en el que el mencionado crítico señala lo siguiente: “… apenas existe rastro de poesía en la elocuencia más bien plana de (algunos de) estos versos obvios (…) pero Gustavo Donoso también sabe de aciertos que combinan singularmente el humor y la profundidad”. Para Gustavo Donoso, en su infinito buen humor, este comentario lo definía como “casi-poeta”.

No muere el sueño