De penales y micros
Caszely solo frente al arquero de Austria. Todos sus compañeros atrás, compañeros de fútbol buenos para patear penales, con fierros en los pies, con técnica. Pero Caszely estaba solo, corrió y desvió. Chile perdió 1 a 0; Caszely perdió mucho más que un partido, el ídolo tambaleó, sufrió; la gente se burló, cambió todos sus logros por un penal marrado. Se olvidó la exitosa carrera de un exquisito goleador, como no hemos vuelto a tener en nuestro país hasta tal vez, en menor medida, en Chupete Suazo o quizás en Alexis Sánchez.
Zamorano solo frente a las cámaras, bajándose de su micro, tratando de sobreponerse a la crujidera de su imagen, que es el mayor activo que posee. No importan los dólares, los euros, los pesos que pueda tener bien ganados en su carrera; su imagen salió perjudicada en esta vuelta y él lo sabe y sus asesores también deben saberlo. Por eso lo vimos frente a las cámaras, como protagonista obligado de algo parecido al teatro del absurdo.
Caszely y Zamorano tienen en común su pasión por Colo Colo, su capacidad goleadora, aunque en Caszely la técnica y habilidad eran mayores que en un esforzado y luchador Zamorano. Ahora tienen en común el hecho de vivir una situación que no se hubieran imaginado nunca para ellos.
Seguramente si Cazsely hubiera pateado cruzado y arriba, tal vez la historia sería diferente y el posterior cobro de responsabilidad también. Sólo tenemos en nuestra retina la imagen de un penal desviado, tal como ahora tenemos la imagen de un Iván dolido, afectado, tratando de zafarse de algo que lo tiene atrapado.
Obviamente que las historias y las circunstancias son diferentes; sin embargo, tal como lo hicimos en su momento con Caszely, hemos olvidado en esta pasada los logros del ídolo, quien por haber sido la imagen de un plan de transporte que implica una cirugía mayor en nuestra cultura, ha sido golpeado donde más le duele, en el cariño y reconocimiento de la gente.
Caszely solo frente al arquero de Austria. Todos sus compañeros atrás, compañeros de fútbol buenos para patear penales, con fierros en los pies, con técnica. Pero Caszely estaba solo, corrió y desvió. Chile perdió 1 a 0; Caszely perdió mucho más que un partido, el ídolo tambaleó, sufrió; la gente se burló, cambió todos sus logros por un penal marrado. Se olvidó la exitosa carrera de un exquisito goleador, como no hemos vuelto a tener en nuestro país hasta tal vez, en menor medida, en Chupete Suazo o quizás en Alexis Sánchez.
Zamorano solo frente a las cámaras, bajándose de su micro, tratando de sobreponerse a la crujidera de su imagen, que es el mayor activo que posee. No importan los dólares, los euros, los pesos que pueda tener bien ganados en su carrera; su imagen salió perjudicada en esta vuelta y él lo sabe y sus asesores también deben saberlo. Por eso lo vimos frente a las cámaras, como protagonista obligado de algo parecido al teatro del absurdo.
Caszely y Zamorano tienen en común su pasión por Colo Colo, su capacidad goleadora, aunque en Caszely la técnica y habilidad eran mayores que en un esforzado y luchador Zamorano. Ahora tienen en común el hecho de vivir una situación que no se hubieran imaginado nunca para ellos.
Seguramente si Cazsely hubiera pateado cruzado y arriba, tal vez la historia sería diferente y el posterior cobro de responsabilidad también. Sólo tenemos en nuestra retina la imagen de un penal desviado, tal como ahora tenemos la imagen de un Iván dolido, afectado, tratando de zafarse de algo que lo tiene atrapado.
Obviamente que las historias y las circunstancias son diferentes; sin embargo, tal como lo hicimos en su momento con Caszely, hemos olvidado en esta pasada los logros del ídolo, quien por haber sido la imagen de un plan de transporte que implica una cirugía mayor en nuestra cultura, ha sido golpeado donde más le duele, en el cariño y reconocimiento de la gente.
1 comentario:
Sip. Me acuerdo de Caszely y ese penal. Bueno el post.
RG
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