Negociando el ocio
Cada vez que me pongo a pensar en el tiempo de ocio, me doy cuenta de que, siguiendo la antigua polaridad ocio-negocio, estamos más pegados en un tiempo de negocio disfrazado de ocio. Ir al mall, ir al supermercado, ir a comer, ir al cine, ir allá, ir acá. Chatear a esta hora, robarle tiempo al trabajo, para el ¿ocio? del chat y un largo etcétera parecieran ser parte de lo mismo, en una realidad construida sobre la base de ciertas interacciones comunicacionales que rozan la sensación de las ondas marinas, por su afán de adormecimiento.
¿A qué vamos a los mall? Seguramente, como dirían los comunicólogos estudiosos del tema, vamos a los mall a estar en el mundo. Nos divertimos, compramos, vamos al cine, interactuamos con el mundo en un espacio evidentemente resignificado, en el que el consumo se torna amable e incluso socialmente aceptable. Allí en el mall o en el super o hiper mercado nos sentimos a nuestras anchas, en un ambiente que mezcla muchas perspectivas, en el que la hibridación de culturas nos hace transitar por pasillos en los que se exhibe el último producto diet y más allá las mermeladas artesanales no guiñan el ojo para que nos acerquemos.
A veces no me he dado ni cuenta que he pasado una tarde entera en el mall y para qué decir el supermercado. Incluso el blog es parte de lo mismo, aunque se me ocurre que aquí negociamos nuestro ocio, porque sabemos que resignificamos esta tecnología para hacerla nuestra y reconstruir este espacio con el fin de aportar nuestros textos para la construcción de un mejor mundo o al menos un mundo más pluridimensional y no tan narcotizante como el de los medios tradicionales.
Cada vez que me pongo a pensar en el tiempo de ocio, me doy cuenta de que, siguiendo la antigua polaridad ocio-negocio, estamos más pegados en un tiempo de negocio disfrazado de ocio. Ir al mall, ir al supermercado, ir a comer, ir al cine, ir allá, ir acá. Chatear a esta hora, robarle tiempo al trabajo, para el ¿ocio? del chat y un largo etcétera parecieran ser parte de lo mismo, en una realidad construida sobre la base de ciertas interacciones comunicacionales que rozan la sensación de las ondas marinas, por su afán de adormecimiento.
¿A qué vamos a los mall? Seguramente, como dirían los comunicólogos estudiosos del tema, vamos a los mall a estar en el mundo. Nos divertimos, compramos, vamos al cine, interactuamos con el mundo en un espacio evidentemente resignificado, en el que el consumo se torna amable e incluso socialmente aceptable. Allí en el mall o en el super o hiper mercado nos sentimos a nuestras anchas, en un ambiente que mezcla muchas perspectivas, en el que la hibridación de culturas nos hace transitar por pasillos en los que se exhibe el último producto diet y más allá las mermeladas artesanales no guiñan el ojo para que nos acerquemos.
A veces no me he dado ni cuenta que he pasado una tarde entera en el mall y para qué decir el supermercado. Incluso el blog es parte de lo mismo, aunque se me ocurre que aquí negociamos nuestro ocio, porque sabemos que resignificamos esta tecnología para hacerla nuestra y reconstruir este espacio con el fin de aportar nuestros textos para la construcción de un mejor mundo o al menos un mundo más pluridimensional y no tan narcotizante como el de los medios tradicionales.
5 comentarios:
Intentar hacer siempre del mundo un lugar mejor para vivir!!
Mil bikos ;)
Sí, no hay ocio que no sea lo que llamo, muy en argentino, 'alpedismo'. Estar sin hacer nada, estar sin estar.
Después viene el ocio creativo, magnífico!
saludos
Ocio...a pesar de que siempre se dice que el tiempo es poco,se debe a que no lo utilizamos bien, como por ejemplo realizando cualquier cosa menos lo que realmante se debiese hacer...
El blog más que ocio es una manera de interactuar,de compartir, de liberar...es un espacio que permite el desenvolverse de manera diferente...
Con respecto a los mall y los super o hiper mercados...vivimos en una sociedad de consumo donde la oferta y la demanda son el pan de cada día...
Nos queda sólo sobrellevar la situación...
Cuidate mucho
Te leo pronto!
Auf Wiedersehen!
recuerda que el tiempo es irrepetible, la maquinita de volver atras es una utopia. y los blog son comunicación.
Quizás en ocasiones nos asalta un afán por construir el mundo, considerando el sagrado derecho al ocio como mal visto y pérdida de tiempo. También los griegos creyeron en el ocio constructivo. Abrazo.
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