jueves, septiembre 08, 2005

Alberto Rojas Jiménez:
jugando con el olvido

Alberto Rojas Jiménez es el poeta de la noche, uno de los amigos preferidos de Pablo Neruda, los que juntos llegaron a conformar dos caras de una misma moneda. Según Oreste Plath, era un joven mago, amante del buen vino y de las exquisiteces, así como también animador de la fiesta y guía del espectáculo.
He escrito algunos post acerca de Alberto Rojas Jiménez, pero nunca es demasiado. Por lo mismo, vuelvo a caminar por este tema, porque pocos vates tienen ese halo de misterio que rodea a Alberto Rojas Jiménez, un personaje arraigado en lo más profundo de la literatura chilena, quien ni siquiera se preocupó de publicar sus libros de poesía. Lo suyo era la vida del errante, la bohemia y el ocio (sagrado) de la conversación. Por lo mismo, él nunca imaginó la trascendencia que tendría su figura más allá de su muerte.
Fue poeta, narrador, cronista, dibujante, crítico. Sin embargo, sólo el libro “Chilenos en París” -conjunto de ágiles crónicas, resultado de su viaje a Europa- ha trascendido como la única obra impresa del poeta.
Existen poemas sueltos publicados en diversas revistas y antologías, siendo Carta-Océano el más conocido; cuentos que corrieron la misma suerte de su poesía, así como algunos capítulos de dos novelas: Una mujer y Africa. Asimismo, cuando Claridad nacía, en 1920, mostraba el camino de renovación para la poesía a través del “Primer Manifiesto AGU”. Además, sus amigos siempre hablaron de un libro de poemas que nunca llegó a publicarse, “Solnei”.

No hay duda de que su vocación juguetona lo llevó a ir y venir, como un eterno viajero que hizo de su vida una existencia poética. Incluso más de alguien puede llegar a pensar que la dificultad para encontrarse con la poesía o la prosa de Rojas Jiménez forma parte del juego que él mismo quiso legar. No obstante, gracias al afán de investigadores de la talla de Oreste Plath o de poetas como Jorge Teillier conocemos algo de la obra literaria y del anecdotario de este poeta.

Veamos un poema, que es una pequeña joya, tal como dice Volodia Teitelboim:
Pequeñas palabras
Los brazos cruzados,
la pipa entre los dientes,
contempo el fuego del hogar.
A mi lado, dulcemente hablas,
elevas tu voz, sonríes
y luego callas.
Las cosas que tú dices
no tienen importancia
Tus palabras
son débiles, pequeñas...
Sin embargo yo amo tus palabras.
En su fragilidad hay tanto de ti
que en ellas no es necesario
un hondo sentido, para llenarme de gracia
En torno a mi corazón desnudo
se agrupan tus pequeñas palabras
como un corro de mariposas a la lámpara.
(En: Sucesos, Nº1.002, Santiago, 8 de diciembre de 1921, p.47)

Rojas Jiménez vivió una vida sin ataduras, como jugando. Su personalidad cautivaba y para los amigos el poeta era un ángel encantador. Basta con leer los recuerdos de González Vera, la semblanza que irisa la mano de Oreste Plath o la bella elegía que Pablo Neruda le dedica desde Europa. Asimismo, las incontables notas que para cada aniversario de su muerte se publicaban en Santiago y en provincia nos entregan una prueba de la admiración sentida hacia él.

Si bien con el paso de los años los amigos fieles han muerto, él ha trascendido a generaciones que no tuvieron la oportunidad de ser cautivadas por su destreza verbal y capacidad histriónica.

El poeta había nacido con el siglo XX y su magia fue apagada por una inefable lluvia un día 25 de mayo de 1934, cuando apenas tenía treinta y cuatro años. Alberto Rojas Jiménez pisa el umbral del olvido y se burla de él legándonos su voz, su expresión, su misterio. Parece inasible y cercano, nunca borrado por el agua y por la noche, sino que vivo e inmortal, volando sobre la muerte.

11 comentarios:

grandchester dijo...

Hola Ernesto, muchas gracias por tu comentario. te encuentro la razón en cuanto a eso del vértigo inconcluso...debe ser que me siento media inconclusa aún. Estoy como en un periodo de reconstrucción y de toma de conciencia de muchos aspectos míos. Ojala que en el transcurso de los intercambios de opiniones y comentarios me ayudes a dilucidar qué es lo que falta aún por decir (sería interesante saber en qué lo notas para hacerme conciente de ello)
En cuanto a tu blog, necesito un poco más de tiempo para leer tus post anteriores....ahí hay mucho que aprender, de eso estoy segura.
Y sobre Alberto Rojas Jiménez me pareció estar visualizando al Arquetipo del Loco del que habla Jung, ese que se mueve con libertad y le gusta jugar y saltar de un lado a otro, creando poesía.....
Por último, en cuanto al seudónimo, lo escuché desde chica y siempre me gustó su sonido...tengo un loco afán por esconderme...pero se pasará...eso espero.
Te pediría ayuda (espero no estar fresqueando) para saber como incluir el enlace de este blog en el mío....no me ha resultado aún.

En todo caso estaré visitándote
Un abrazo

grandchester dijo...

gracias nuevamente por tus palabras
espero hacerme cada vez más conciente y tomar más riesgos...(eso me pasa a todo nivel, pero estoy trabajando en ello)
...en todo caso, no es que me refiera a este poeta como un loco en el sentido literal de deschavetado,para nada... simplemente como el arquetipo de Jung que es creativo y autodestructivo, que va de un lado a otro y se interesa por todo y salta de una disciplina a otra uff y muchas otras cosas más que coinciden con lo que describes de él...

Gracias por el consejo de los links, pero pare' que necesito asesoría no virtual, porque no resulta...sniff
besos y nos estamos visitando

Don Beño dijo...

Buenísimo post, Ernesto. Pura calidad en todos tus posts. No sé cómo lo haces para escribir tanto y con tanta calidad. Sería una pérdida que este blog no tuviera una larga vida.

Oye, Ernesto, ¿no fue en el funeral de Rojas Jiménez donde ocurrió esa anécdota tan memorable del tipo que saltó su ataud cumpliendo una promesa de borrachos? Neruda lo cuenta en sus memorias y no recuerdo dónde más lo escuché. Por lo demás, tremendo poema. Me encantó. Me recordó a algunos poemas de Teillier, ¿no te parece que tiene un "aire"? Me gustan los poetas de esa época.

Lo último: buenísima la idea que tiraste en mi blog. Ojalá resulte; y, con tu permiso, invito a los que leen "Poética del Aire" a visitar mi blog y a opinar acerca de la idea de Ernesto.

Un abrazo.

Beño.

Yvette Reydet Saieh dijo...

Cuando leí tu post sobre Alberto Rojas, a quien no conocía, me dió la sensación de estar ante un hombre que vivió como un cometa de colores, bello, libre pero fugaz...

Me gustó mucho tu blog, quisiera recomendarte que visites el blog de Gonzalo, Ni ciego Ni sordo Ni mudo (http://garaya.blogspot.com), un gran lector y amante de la literatura, otro que también te puede interesar es el blog de una niña que sabe muchísimo de literatura, Elisa de Cremona (http://elisadecremona.blogspot.com).

Gracias por tu visita, te seguiré leyendo y desde ya te linkeo en mi lista de la Comunidad Libélula.

Un abrazo

Yvette
La Libélula

Elisa de Cremona dijo...

qué buen post.. muy muy bueno. TE agregaré a mis lecturas.
un beso

Jorge Alberdi dijo...

Ernesto: muy bueno tu blog. Ya quien se ocupa de don nicanor es un amigo para mí. Igualmente un buen dato el de Rojas Jiménez, me pregunto dónde obtener mayor información, u otros poemas.
Desde ya incluiré Poética del aire entre mis blog de referencia. Te invito a pasar por casa también
Un abrazo

Gonzalo Araya dijo...

Gracias por la visita a mi blog. De Rojas Jimenez no sabía nada, salvo lo que recordaba de él Pablo Neruda en sus memorias. Muy bello poema, por cieto, y muy bueno tu blog. Muy interesante y con datos poco conocidos. Creo que seguiré tus consejos.

Un abrazo

Simon@ dijo...

buen post me gusto mucho
estare dando vueltas por aqui

nos leemos

Unknown dijo...

Ernesto:

Gracias por regalarnos una probadita de su obra, en la cual podemos entender el porque de tu profunda admiración, me uno a ella.

Calido abrazo.

P.D. Visitare a Beño para opinar sobre tu ídea.

Indianguman dijo...

Las pequenias palabras de ARJ ya me enamoraron. A primera leída y primera vista (por su foto)

Anónimo dijo...

Tendrás por ahí el texto completo de la "Carta Océano"?

No muere el sueño