lunes, mayo 30, 2005

En la ruta

Como perdido muchas veces me he dedicado a recorrer las calles de mi barrio. ¿Qué he descubierto? Que caminar sin rumbo cansa. Es ir y volver al mismo tiempo. Cansa. Y da exactamente lo mismo. Los rostros y las voces, las miradas palpitando en las plazas que entretejen la ciudad. Cansa. De pronto tal vez una vitrina distinta o un espejo con otra imagen que no sea la mía. Caminar sin rumbo cansa. Definitivamente

1 comentario:

La Tabernera dijo...

Sip, definitivamente cansa...

No muere el sueño